Acabo de llegar de un fantástico viaje a los Alpes, el cuarto en moto por esa zona y seguro que no será el último, son una maravilla de montañas.

Ha sido un viaje totalmente improvisado. Tras los últimos chascos que he tenido con viajes cancelados por culpa de caídas, virus y otras monsergas y agravado todo con la situación tan incierta en la que vivimos, decidí dejarlo todo para el último momento y hacer un viaje posibilista a una zona que conozco bien. De esta forma podía decidirlo en el último momento, con una preparación mínima y a una zona a un día de viaje de casa así que si las cosas se ponían feas daba media vuelta y listo.

Todo se precipitó en el momento en que en MST me dijeron que tenían listo mi frontal rally. De repente se me ocurrió que sería una buena idea ir allí a que me lo montaran. De paso conocía a Manuel Villa, alma mater de MST y a su equipo y quién mejor que ellos para montar el kit. Se lo propuse, le gustó la idea y organizamos un día en que pudieran dedicarse a mi moto.

MST está en Reggio Emilia, a unos 300 km de Cuneo que es desde donde empezaba mi viaje. Por tanto 600 km adicionales a lo que tenía previsto, pero ha valido la pena, ya os contaré más adelante todo el proceso de montaje del kit, cómo es MST y que hacen.

Respecto a la ruta, como he comentado, mi intención era no tener que estar haciendo grandes preparativos así que me basé en las que ya había hecho, zonas muy conocidas que nunca defraudan: Gorges du Verdon, Ruta de la Salle, Assietta, Jafferau, Sommelier, Parpaillón, Bonette, Izoard… una fantástica combinación entre asfalto y pistas sin complicaciones ideales para hacer en solitario.

Y para ser aún más flexible me llevaría un equipo de acampada básico, así tampoco tenía que reservar hoteles. Al final sólo lo usé dos noches pero me dio ese plus de tranquilidad para no tener que estar preocupado si no encontraba dónde dormir.

Pocos días antes de salir me llegaron las suspensiones WP Xplor Pro que merecen comentario aparte, IMPRESIONANTES!. Por tanto tuve el tiempo justo de llevar la moto a Basolí, el concesionario KTM de Girona donde me las instalaron e hicieron la revisión de la moto (cambio de aceite, etc). También me pusieron del decat y cambiaron los neumáticos.

Respecto a los neumáticos. Llevaba instalados los MotoZ RallZ, unos neumáticos que me están gustando mucho para trail con fuerte componente offroad pero que son muy ruidosos en asfalto, así que decidí cambiarlos por otros que no me sabría mal fundir por la autopista. Rescaté un odiado Karoo a medio uso que tenía por el garaje y en Basolí me pusieron un Metzeler Sahara que tenían por allí y que me ha gustado bastante. Si, es una extraña combinación pero yendo solo voy muy tranquilo así que cualquier neumático me vale y buscaba algo barato que no me preocupara si hacía falta tirarlos al llegar a casa.

Ya con la moto lista había que decidir el sistema para llevar el equipaje. El equipo de acampada añade mucho volumen así que me decanté por las Giant Loop Round the World, una maletas blandas grandes en las que cabe todo. En una de ellas llevaba la tienda, el saco, la colchoneta y recambios de moto como cámara, palancas, grasa de cadena, el botiquín… cosas que esperaba usar poco. En la otra bolsa puse lo de uso más habitual: ropa, botella de agua, dron (maldito dron) y equipo de lluvia. Lo bueno de estas maletas es que llevan los Pannier Mounts, un sistema de soporte con cierre rápido que las hace muy similares a las metálicas pero con la ventaja de pesar mucho menos y no dañarse en las caídas. De hecho tuve dos caídas leves y ni se enteraron. También me gustan mucho los bolsillos exteriores en los que tengo a mano cosas de uso frecuente sin tener que abrir la bolsa. Fueron una gran elección.

El otro elemento indispensable fue la bolsa sobre depósito Fandango. Tengo una toma estanca de corriente en el manillar en la que conecto una que viene del interior de la bolsa. Así puedo ir cargando las baterías de los aparatos electrónicos. También llevo las cosas de valor ya que saco la bolsa cuando aparco la moto. Y tiene un práctico bolsillo exterior donde poner el ticket de la autopista y la visa.

La semana previa a la salida también me llegó la Carpe Iter, una tablet Android rugerizada específica para moto. Ya os contaré con más detalle cómo funciona pero creo que este tipo de instrumentos van a acabar con la era de los GPS dedicados. Me la han dejado una temporada para probarla y el viaje a los Alpes era el ideal para hacerlo. El único problema ha sido que he tenido que aprender a usarla sobre la marcha y sin tiempo para entretenerme con ella. Aún así la cosa promete.

He disfrutado muchísimo. Ir solo me encanta y el hecho de no tener un plan de ruta me ha permitido hacer lo que el cuerpo me pedía, el viaje me ha llevado a mí. Si tenía ganas de apretar lo hacía, si me encontraba a gusto en un lugar me quedaba, sin prisas, sin objetivos, sin fecha de regreso. Viajar así es sensacional. Incluso he ido a sitios que me han recomendado amigos durante el viaje, me enviaban un track por mail, lo cargaba en el navegador y allí me iba. Me ha pasado lo mismo que cuando fui a los Balcanes, a medida que iban pasando los días me sentía mejor, mucho más relajado. Voy adoptando las rutinas de hacer o deshacer el equipaje, de saber dónde lo tengo todo, de no estar sufriendo si me he dejado una cremallera abierta o he cerrado bien la maleta… todo eso es más mecánico y puedo centrarme solo en disfrutar de los paisajes y la moto.

Hablando de la moto: He hecho este viaje cuatro veces con cuatro motos diferentes. La Super Ténére 1200, la Ténéré 660, la Multistrada Enduro y la 790. Con todas he disfrutado mucho. Las dos grandes eran las más cómodas por carretera pero en este viaje he subido al Colle de Mallemort. Una subida offroad complicada yendo con equipaje y ruedas mixtas. No me habría atrevido a subirlo solo con una de esas motos. Con la 660 no habría tenido ningún problema pero la parte de autopista con esa moto fue un suplicio y por los puertos de montaña no iba mal pero le faltaba chicha. La 790 reúne lo mejor de los dos mundos, por autopista es casi tan cómoda y rápida como las gordas, el control de crucero es un plus y tiene suficiente espacio para llevar equipaje. Pero es que luego en los puertos de montaña es un bicho divertidísimo y por offroad llega a superar a la 660. No se puede pedir más.

En los próximos post iré entrando en detalle, explicando la ruta y subiendo vídeos. Mientras tanto aquí tenéis unas cuantas fotos de aperitivo:

En marcha!
Donde va a ser… Provence!!
Gorges de Verdon
Todo preparado para mi llegada en MST
Su antigua cara
Cualquiera se resiste a unas chuches así!
La Carpe Iter en su sitio
Tomando forma
Acabada!
Primer día en los Alpes: lluvioso y feo
A partir del segundo día todo fue sol y buenas vistas
Cuando el paisaje nos hace pequeñitos
En lo alto del col d’Agnel
El Izoard
Picnic de altura
Muchas construcciones militares abandonadas
Frío por las noches
Val d’Argentiera
Subiendo al Sommelier
Se acabó, imposible seguir. Casi en lo alto del Sommelier (3000m)
Col de l’Echelle
Subiendo al Parpaillon
Tunel del Parpaillon
Bajando del Parpaillon
En lo alto del col de Mallemort
Bajada del Mallemort
La Bonette
Cima de la Bonette
Roubion
Gorges de Daluis
En casa! sucia pero contenta