Hace más de tres meses que estrené la Sprinter y hemos hecho casi 7000 Km con ella, por lo tanto, ya puedo tener una idea muy clara de cómo va y si hemos acertado cambiando la Man por la Mercedes.

En el post anterior expliqué cómo iba la furgoneta antes de camperizar, sus principales características, que preparación tenía prevista y porqué me la quedé. Aquí os contaré cómo va una vez camperizada y las principales diferencias respecto a la Man.

La Man TGE 4×4 es una gran furgoneta, mejor que la Sprinter en acabados interiores, donde la Mercedes es demasiado austera, con pocos huecos para poner cosas, plásticos negros y detalles poco cuidados como las feas bases de los asientos delanteros sin guarnecido. Tal como me llegó, tenía toda la pinta de una furgoneta de transporte. Tampoco me gustan cómo están colocados los interruptores de las luces y el control de descenso, en sitios poco accesibles, o los limpia parabrisas a la izquierda, en el lado opuesto de donde van en casi todos los coches.

Los interruptores de las luces, a la izquierda del volante. Casi hay que agacharse para encontrarlos

Tampoco es fácil encontrar el control de descenso

Al menos lleva compartimentos sobre el tablier, uno de ellos con tapa. El resto son extras

 

Casi acabada, pero sin las llantas definitivas

Además, no pude escoger la equipación de la mía, que es muy básica. Por suerte, un amigo encontró por ebay una consola de techo de la versión más equipada, con luces de lectura, iluminación ambiente, compartimento para gafas, etc. Mejora mucho respecto a la que llevaba que sólo tenía una luz general.

Cónsola del techo de serie

La que compré por ebay

Esto ya es otra cosa

Finalmente, la enorme pantalla del equipo de audio Alpine, (del que hablaré en otro post), en sustitución de la radio de serie, hace que el aburrido salpicadero ya tenga otro aspecto, mucho más atractivo.

El equipo de serie

El equipo Alpine

En todo esto, la Man ganaba por goleada. Pero en el momento en que empiezas a conducir la Sprinter, demuestra porque es la referencia.

Lo primero que se aprecia es el cambio automático, una maravilla. Las 9 velocidades entran sin que prácticamente se noten, suaves y muy bien escalonadas. Con la Man acababa usando el cambio de forma manual para evitar que se acelerara excesivamente en subidas, o que quisiera subir una fuerte pendiente en tercera cuando lo tendría que hacer en segunda, o incluso en primera. Eso no pasa con la Mercedes, que circula siempre con la marcha adecuada. Gracias a eso, la furgoneta es mucho más reactiva y agradable de conducir. También tiene levas en el volante, pero las utilizo muy poco.

Los 190CV de la Sprinter se aprovechan al 100% gracias a ese cambio de marchas, al que sólo reprocharía una cierta lentitud en el momento de acelerar a partir de estar parado, por ejemplo, al entrar en una rotonda. Hay que acostumbrarse a anticiparse un poco en el momento de dar gas. De todas formas, incluso con los más de 3000kgs que pesa una vez camperizada, con la transmisión 4×4, sus grandes neumáticos y una aerodinámica desfavorable, la Sprinter es capaz de acelerar con fuerza y mantener ritmos muy altos, con un consumo de sólo 11 o 12 litros a los 100km.

En cuanto a la tracción 4×4, me gusta más la de la Sprinter. Por ejemplo, al salir de mi garaje hay una fuerte pendiente en giro, donde una rueda pierde contacto con el suelo. Para subir con la Man tenía que acelerar anticipadamente para coger inercia, y si el suelo estaba mojado, conectar el bloqueo de diferencial trasero para que no patinase. Con la Mercedes puedo subir casi en parado sin que se inmute.

También son mejores los frenos, más potentes que los de la TGE. En cambio, el freno de mano de la Sprinter no da mucha seguridad y hay que tirar fuerte para que quede bloqueado.

La posición de conducción es perfecta y los asientos “confort” comodísimos, Además en Julià Camper los tapizaron en piel y alcántara con lo cual ya son el summum. También forraron de piel el volante. Los acabados son perfectos. Con todo eso puedo hacer miles de kilómetros sin fatigarme, es una maravilla.

Respecto a las suspensiones, en vacío me gustaron, pero una vez camperizada, como pasa con todas las furgonetas, queda caída de culo y son mediocres, lo mismo me pasaba en la Man. Además, al ser tan alta, da inseguridad si entras un poco pasado en las curvas, ya que se balancea bastante. Por eso decidí que tenía que mejorar este aspecto, ya os explicaré.

La Sprinter es mucho más alta que otras furgonetas 4×4. Gracias a eso, y con la excepción de la Iveco, que ya se puede considerar un camión, es la más capaz en offroad. Esa altura es importante para mí, así es más difícil que me pueda quedar encallado con los soportes traseros del portamotos, que reducen bastante el ángulo de salida. Aunque también me hizo sufrir para poder meterla en mi garaje, son casi tres metros. Entra, ¡pero por bien poco!!.

Aquí se ve la diferenca de altura respecto a una Man. De serie las dos.

Garaje a medida! Cómo respiré al verla entrar…

Lo cierto es que, vista en directo, la Sprinter 4×4 impresiona, y conducirla desde las alturas, sentado en mis butacas de piel hace que me sienta el rey del mambo. Un sueño hecho realidad 😉

En estas fotos ya casi está acabada, pero sin las ruedas definitivas. En el próximo post empezaré a explicaros la preparación.