El 31 de agosto se celebrará una nueva edición de la Rodibook, un clásico de los encuentros motoristas de carretera. Se trata de un evento que ellos describen así:

RodiBook es un evento motociclista no competitivo por carreteras abiertas al tráfico por el Pirineo catalán, aragonés y francés. El itinerario es “sorpresa” y cambia según la edición. El participante lo descubre con la única ayuda de un libro de ruta, el roadbook, debiendo pasar por los puntos de control establecidos. Kilómetros, carreteras, puertos de montaña y muchas curvas para disfrutar de un entorno único con acompañante y/o amigos

Al ser asfáltico nunca me había llamado la atención pero este año este año estrena la opción offroad y por eso decidí inscribirme.

Tal como explican, el itinerario se sigue a través de roadbook y por tanto tenía que llevar uno en la 790.

La instalación de un porta roadbook, los correspondientes trips y las botoneras para controlar las distancias es compleja y cara. No voy a usar mi 790 para rallys y por tanto no tenía sentido hacer la inversión ni en aparatos ni en instalación. Por eso enseguida me vino a la cabeza la opción de la que me había hablado mi amigo Toni Centellas, fundador de Vector Note junto con Xavier Arbós.

Toni y Xavier son unos apasionados de las motos y del roadbook y han creado esta empresa que se dedica a diseñar roadbooks y los aparatos complementarios pero siempre desde la óptica del amateur que no quiere gastarse una fortuna en cacharros ni complejas instalaciones.

Sus porta roadbooks son manuales, más pensados para asfalto que para campo ya que por carretera hay menos indicaciones, por tanto tener que mover manualmente el rodillo no es un grave problema.

Es una caja bien hecha y estanca con características interesantes:

Al abrir la tapa frontal acristalada (cierre mediante bandas elásticas), nos encontramos con un plástico semi transparente que sirve para colorear el roadbook sin tener que esparcirlo por encima de la mesa como es habitual, simplemente se va moviendo el rollo ya instalado y se van haciendo las anotaciones.

Debajo de ese plástico están los rodillos para el rollo de papel y una placa con la luz interior y una toma USB. Esa toma sirve para poner a cargar el teléfono dentro de la caja si no se está usando como roadbook. Ingenioso.

Los roadbooks que comercializa Vector Note son a color e incluso incorporan una banda adhesiva para pegarlos a los rodillos.

En la parte de atrás de la caja encontramos los agujeros para atornillar la bola Ram que servirá para fijar el conjunto al manillar de la moto. Opcionalmente una pletina en la que pondremos un soporte también Ram para el Smartphone.

Esa es otra de las ventajas de este sencillo sistema. Vector Note ha desarrollado una aplicación gracias a la cual podemos convertir un viejo Smartphone en un trip que nos medirá las distancias por GPS. Es decir, nos ahorramos comprar un trip específico.

Finalmente la guinda la pone el mando bluetooth a distancia. Inicialmente lo puse en el puño tal como indica el fabricante pero quedaba un espacio muy justo para la mano. Moviendo un poco los mandos de la moto queda entre el espejo y la piña izquierda. Mucho mejor.

Con este mando se pueden subir y bajar los metros para recalar el teléfono que hace de trip. Sin cables, mucho más sencillo de lo habitual.

Además se puede navegar por las aplicaciones del Smartphone sin tener que sacarse los guantes. En este vídeo se explica muy bien cómo funciona

Desgraciadamente mi accidente me ha impedido probarlo, además me quedaré sin poder ir a la Rodibook, en fin, otro año será.

En definitiva, una opción económica y sencilla de montar y desmontar para aquellos a los que les gusta la navegación con roadbook pero no quieren tener que llevar fija la aparatosa instalación ni invertir mucho dinero en algo que utilizarán esporádicamente.