Prueba de la Yamaha XT1200Z Super Tenere 2014

Por fin he podido probar la nueva Yamaha Super Ténéré del 2014. En motos Ausió me dejaron una para que la pudiera probar a fondo.

Guardo muy buenos recuerdos de mi ex Super T y me hizo mucha ilusión poder volver a rodar en una de estas fantásticas motos. La que me dejaron era la versión ZE equipada con suspensión electrónica, algo que nunca había probado y la verdad es que me gustó más de lo que pensaba.

Estéticamente la nueva 1200 ha cambiado muy poco respecto a la anterior. Yamaha ha sido muy continuista y hay que fijarse mucho para darse cuenta de que es el nuevo modelo. Lo más visible son los nuevos colores y adhesivos, la cúpula, el cuadro de instrumentos o el frontal bajo el faro que tapa el feo hueco que quedaba en la moto anterior, pero los que conocemos a fondo la moto veremos muchos cambios que sólo se ven si te fijas bien.

A estos cambios hay que añadir la nueva pata de cabra de aluminio, retrovisores más bonitos, intermitentes de led (ya era hora, los de la versión anterior parecían de moto china), nuevas piñas de mandos, tijas, lateral de plástico a la derecha tapando parte de la suspensión electrónica… pero posiblemente los cambios más importantes son los que no se ven ya que según Yamaha han revisado multitud de aspectos mecánicos.

Una vez encima de la moto todo me resultaba familiar, la posición es la misma que recordaba. Con esta moto llego al suelo muchísimo mejor que con mi 660 lo que da mucha confianza.

Ya en marcha me gustó mucho el nuevo parabrisas que se puede regular (a mano) en varias posiciones. La más alta y vertical anula prácticamente por completo las turbulencias de aire en el casco pero se mueve y vibra mucho si se hace off road. En este caso es mejor ponerla en la posición baja.

Pantalla en posición alta

Pantalla en posición baja

El ABS sigue sin poderse desconectar, funciona muy bien pero bajo mi punto de vista es un incordio si se hace off road… pero ya sabemos que es muy sencillo poner un interruptor para anularlo tal como hice en la mía.

El motor se nota mucho más fino que el anterior. Han eliminado la molesta vibración que se notaba antes al acelerar a bajas revoluciones. Sin ser explosivo se nota más lleno y potente que el anterior siendo muy agradable de conducir. Mi preferido es en el modo sport y sólo usaría el touring en terrenos deslizantes o húmedos.

A parte de esos retoques en el motor el funcionamiento general de la moto no ha variado demasiado respecto a la anterior, fantástica por carretera y muy capaz por campo… con las limitaciones que todos sabemos que tiene una moto con ese peso y suspensiones.

No pude resistirme hacer un buen montón de kilómetros por carreteras de todo tipo y volví a disfrutar de lo lindo de ese motor lleno y del equilibrio general de la moto. Luego hice un recorrido bastante largo por pistas que conozco bien pero la verdad es que no me atreví a complicarme la vida, la moto no era mía y eso siempre impone, los neumáticos mixtos no daban confianza… y la encontré muy grande y gorda, me he acostumbrado mal . Va bien pero en campo me quedo con mi 660.

El principal cambio lo dan las nuevas suspensiones electrónicas con multitud de reglajes que se controlan desde la piña izquierda del manillar. Hay tres opciones: Soft, standard y hard y cada uno de ellos puede ir de -3 a +3. A ello hay que sumar la posibilidad de regularla en función de si montan una o dos personas y con o sin equipaje, es decir, un montón de posibilidades que es mejor ajustar en parado o te puedes meter en un buen lio.

La verdad es que con tantas posibilidades de regulación hace falta mucho tiempo para ir probando la mejor opción. Los que les disfrutan toqueteando los clicks de las suspensiones se pueden volver locos. Yo no soy de esos, una vez que creo que la suspensión me va bien ya no la toco más pero tengo que reconocer que en este caso es tan fácil que es tentador ir probando.

En general me pareció que se pueden dejar bastante mejor que las de serie que tenía yo pero no tengo tan claro que superen a unas suspensiones pata negra. Por carretera van muy bien pero en campo siguen teniendo un recorrido corto. Lo bueno es que se pueden endurecer bastante con lo que se evitan topes. Muy útiles sobre todo para gente que viaje a dúo con maletas.

También desde la misma piña se pueden regular el resto de funciones que se muestran en el cuadro de instrumentos, entre ellas los puños calefactables que en esta sí vienen incorporados o el control de crucero. Por cierto, las piñas tienen un aspecto mucho mejor y de más calidad que las anteriores.

El cuadro de instrumentos es completísimo y como novedad también se ve la marcha que llevas, algo que por lo visto es muy importante… al menos es lo que parece ya que mucha gente lo pedía.

A nivel estético siguen habiendo defectos de acabado que no entiendo en una moto de esta categoría como los cables de gas molestando por delante del cuadro de instrumentos o un cubrecarter de plástico ridículo. También podrían haber hecho algún retoque estético para diferenciarla un poco más de la anterior como por ejemplo los plásticos laterales del depósito o el que cubre el silencioso trasero que siguen teniendo un aspecto “barato”.

En definitiva, la impresión que he tenido es que Yamaha ha escuchado al mercado y la evolución va encaminada hacia la comodidad y los aspectos ruteros que es lo que buscan la mayoría de usuarios de estas motos. Por eso la han cargado de electrónica y gadgets poco útiles en off road pero que hacen la vida más fácil si lo que te gusta son los viajes por carretera. Para eso han acertado de pleno pero sigo pensando que es una pena que no hagan una versión más campera tal como ha hecho KTM con su 1190, la base de la Super T es óptima para hacerlo.