¡Cuantos miles de euros en ese parque cerrado!!

Los pasados 5 y 6 de mayo se celebró la tercera edición de la Trip&Track. A diferencia de las de 2015 y 2016 que fueron en los Pirineos, esta vez la organización preparó un precioso recorrido por las serranías de Cuenca.

Nos esperaban 350km, un 80% off road para los inscritos en la categoría Wild y 260 km, 60% off road, en los que se habían recortado los puntos más complicados para la categoría Discover. 

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Además se podía escoger entre seguir el recorrido con GPS, con Tripy y con road book. Yo escogí esta última opción ya que no hay muchas ocasiones para rodar siguiendo las viñetas en el papel, de esta forma entrenaba la navegación de cara a poder competir en algún rally. Eso hizo que fuera con la WR450- JVO en la que tengo instalados los instrumentos de navegación. No es una trail pero la organización admitía motos de rally.

El viernes ya me fui al trabajo con la moto cargada en la Navara y a la hora de comer llegó mi amigo Xavi para subir su WR450 con la que también compite en rallys. Juntos no fuimos para Cuenca donde llegamos pasadas las 7 de la tarde, justo un rato antes de que hicieran el briefing.

Comprobado, dos motos caben perfectamente en la Navara que ni se entera de que las lleva

La WR era de las más delgaditas del parque cerrado

El momento sentimental fue cuando vi a una vieja conocida con la que compartí grandes momentos. ¡Que bonita es!!

Los de Viejos Pistones en plena faena. ¡Gran equipo!!

Javi no pudo resistir la tentación de subirse a la WR

El parque cerrado era espectacular, 160 motos trail de todo tipo, muchas maxi-trail con las GS dominando como siempre pero bastantes Honda Africa Twin de las nuevas y KTM, sobre todo 990. Allí me esperaban mis tres compañeros transibéricos con los que haría el recorrido: Jou con su Africa, Albert con su 690 y Pifa con la GSA. 

Pifa y Albert

Tras la inscripción de rigor donde me entregaron el road book pude dedicarme a charlar con el montón de amigos que fui encontrando por allí, como a los vascos del Team Norte Trail, unos descerebrados que siempre son los primeros en acabar y con los que me lo paso genial cuando coincidimos en nuestras salidas. El ambiente era fantástico pero siempre me queda esa sensación de no haber podido saludar a alguien que sé que estaba por allí.

Pasadas las 8 de la tarde Pere Font de O2Riders, organizadores del evento, se dirigía a nosotros para explicarnos el recorrido, muy trabajado con puntos para poder recortar si surgía algún problema, gasolineras, el restaurante… y lo más complicado, había conseguido los permisos para todo el recorrido, algo que cada vez es más complicado en este país.

Tras Pere intervino Juan Carlos Toribio que desde la Unión Internacional para la defensa del Motociclista (IMU) está realizando una grandísima labor para protegernos. Juan Carlos nos dio unos cuantos consejos de seguridad y nos explicó el dispositivo de rescate desplegado por la organización, todo muy profesional: él como asistencia rápida, un quad y las pickups de Pere y su socio Alberto Mancuso por si se tenía que evacuar alguna moto. Pero es que además contaron con colaboradores de lujo como su mujer Bea, Javier GoCa, Sergi Wap, Javier Prieto, José Ramón Castro y muchos más que curraron sin descanso para que todo fuera perfecto. Todo un dream team.

Finalmente Rafa Cabanillas de Naviservi explicó el road book y el funcionamiento del Tripy para aquellos que lo hubieran alquilado.

Pere Font, alma mater de la T&T. Un crack!

En pleno briefing

Colocando el roadbook con Rafa Cabanillas

Luego nos fuimos a cenar todos en el camping y a dormir. Bueno eso algunos afortunados ya que a mi me tocaba pintar los 350km de road book.

El despertador sonó temprano, había que estar desayunados a las 8. Nuestro grupo salió de los primeros. Nos conocemos bien de tantas rutas juntos y enseguida fuimos cogiendo el ritmo. Yo tenía la ventaja de la moto pero la desventaja de navegar con el road book así que iba a un ritmo similar al de ellos con el GPS. Íbamos con los intercomunicadores Cardo Packtalk así que cuando me perdía o tenía alguna una voz me devolvía a la ruta adecuada… ojalá en los rallys pudiera ir así!!

Los Transibèrics a punto de salir

El recorrido de la mañana lo hicimos sin problemas. Era rapidísimo, con algunas pistas donde se podía ir a velocidades de vértigo y paisajes preciosos. Así que llegamos muy temprano al restaurante que la organización había reservado. La comida fue excelente, bastante mejor que la del camping que quizás es la única nota justita de todo el evento pero es que cocinar para tanta gente nunca es fácil.

Preciosas vistas

Albert, Jou y Pifa

 

Cuando salimos del restaurante aún estaban llegando participantes. Era espectacular ver las calles del pueblo invadidas de motos, no sé que deberían pensar sus habitantes.

La invasión de las motos

Pere ya nos había advertido que el recorrido de la tarde sería más complicado y cumplió su promesa. Las pistas dieron paso a senderos hasta que llegamos al punto más complicado. Se trataba de una subida llena de piedras dividida en dos tramos. El primero lo pasamos Albert y yo sin problemas, Pifa con la GSA se marcó un cero de megacrack pero Jou se quedó enganchado y le tuvimos que dar una mano para sacar la África del pedregal.

El segundo tramo era mucho más largo. Albert subió con la 690 y Jou detrás suyo pero Pifa con la GSA se tuvo que parar al inicio de la subida y no pudo arrancar bien. Al cabo de unos metros la moto dejó de traccionar y cayó de lado. Paré y le ayudé a levantarla pero arrancar allí era complicadísimo. Tras varios intentos para subir unos pocos metros Pifa estaba desfondado. No era para menos, sin poder coger carrerilla y con un neumático bastante gastado no había manera que cogiera tracción con tanta piedra suelta. Nos intercambiamos las motos. Pasar de la WR a la GSA me obligó a hacer un reset e intentar acordarme de cuando tenía la mía, ¡que grande la encontré!!!. Pifa me dio un primer empujón que me ayudó a arrancar y empecé a subir lentamente, esquivando piedras pero sin la suficiente inercia que me permitiera dirigir bien la moto. Iba dando bandazos cuando ví el final de la subida y parecía que lo iba a conseguir pero la rueda delantera se encontró con un pequeño escalón. Con la WR ni lo habría notado pero escuché el característico «clonk» del telelever que tanto odié mientras tenía la GS y noté como la rueda rebotaba y me escupía hacia un lado. No pude rectificar y me metí en la peor trazada hasta que la moto ya no avanzó más y caímos de lado. Por suerte estaba casi al final de la subida y Albert la pudo sacar ya que yo también estaba fundido. Mientras tanto por allí subía Pifa como si nada con mi WR (ver vídeo). 

La GSA esperando a que alguien la suba

Bonito cubre cárter, me suena 😉

No pude resistir la tentación de volver a bajar con la Yamaha para probar la subida. Con esa moto la pasé sin el más mínimo problema incluso esquivando motos que se quedaban encalladas y arrancando en plena subida tras ayudar a alguno a levantar su moto. Nada, con la WR no tenía ningún mérito 😉

Luego supimos que allí se armó la marimorena. Al llegar el grueso de participantes y irse quedando encallados se montó un embotellamiento que tardó un buen rato en solucionarse gracias a la legendaria solidaridad de los motoristas. Y es que precisamente por eso en la Trip & Track es obligatorio ir en equipos de tres para que se puedan ayudar.

El resto del recorrido fue divertidísimo con pistas y senderos de todo tipo, unos caminos preciosos bajo árboles y el final en un mirador desde el cual se pueden disfrutar de unas vistas espectaculares de Cuenca.

Cuenca

Llegamos de los primeros al camping y tuvimos tiempo de cambiarnos y dejarlo todo listo para el día siguiente antes de la cena, la subida de piedras hizo que algunos llegaran muy tarde y por descontado fue el tema central de todos los comentarios, ¡cómo nos gusta sufrir!! .

La cena fue animadísima y con un sorteo de premios fantásticos: un juego de ruedas Anakee Wild, inscripciones gratis a eventos, recambios Touratech… y ¡cosa increíble! ya que nunca me toca nada: fui el afortunado en recibir una fantástica bolsa de herramientas de Viejos Pistones!!

La noche acabó bien tarde con gintónics incluidos pero es que al día siguiente no había que madrugar y nunca hay prisa para hablar de motos…

Por mi parte disfruté muchísimo navegando el roadbook. No puedo esconder lo que me llego a divertir con la WR-JVO y lo fácil que es ir rápido y seguro con ella, una gozada.

En resumen, otra gran Trip&Track, enhorabuena a la organización que consigue mejorar año tras año y consolidar un evento que ya es un imperdible del calendario. Por cierto, ya nos anunciaron que junto con los amigos de Viejos Pistones el 7 y 8  de julio en Cellers (Lleida) van a organizar un nuevo evento llamado Trail Trophy que tiene muy buena pinta.

A punto de regresar, me encanta mi pickup!

Otro grande que quiso saber que se siente en una WR de rally: Sisku

Ya empiezan a verse AJP. Muy buena pinta!