Stand de JVO con las Yamaha del Dakar

Cuando llegué empezaba uno de los cursos off road para trails. Mucha gente con ganas de aprender a meterse por la tierra, motos de todo tipo (no solo Yamaha) y buen ambiente. Mientras lo hacían aproveché para dar una vuelta al circuito que habían marcado. Habían dos variantes, la corta y la larga. La larga eran casi 30 km, por lo que me dijeron algo más complicados que la variante corta. Caminos muy secos y en algunos casos rotos pero con unas vistas preciosas. Me gustó.

Bonitas vistas por el circuito trail

Luego me quedé un buen rato dando unas vueltas por el recinto. Ausió tenía el camión de carreras con una buena exposición de motos y un tirador de cervezas que sacaba humo, JVO con las motos del Dakar -como ya expliqué en el post anterior-, stands con ropa de moto, accesorios… Me llamó mucho la atención el stand de VectorNote un concepto de roadbook diferente. Está concebido como una guía en forma de roadbook con sugerencias turísticas y rutas con encanto. Interesante.

Stand de Vector Note

Pero lo que más me gustó es poder charlar y pasar un buen rato con un montón de gente, amigos con los que comparto rutas y otros que he conocido gracias al blog o las redes sociales y a los que he podido poner cara. La verdad es que el ambiente era fantástico.

Tenía más ganas de moto y se me ocurrió la «brillante» idea de meterme en la crono. Luego me arrepentí. Se trataba de un recorrido muy ratonero donde la pobre Tenere casi no cabía, me tuve que emplear a fondo para no llevarme las cintas que lo delimitaban y no hacer el ridículo más espantoso pero lo peor fue el susto que me pegué solo empezar. Al principio de la crono había un tramo en subida con un salto. Allí iba yo y cuando ya casi estaba encima me dí cuenta de que detrás del salto había una zanja enorme. Demasiado tarde y demasiado rápido para frenar así que gas a fondo y a intentar saltarlo. Pegué la estirada de mi vida y casi conseguí saltarlo pero el susto fue importante. Acabé el recorrido sin más sustos, en parte porque me lo tomé con bastante calma. La verdad es que era un recorrido con algunas partes bastante exigentes así que entendí el porqué desde la distancia había visto tener dificultades a algunos pilotos con enduros. En teoría tenía otra oportunidad para mejorar mi tiempo pero pensé que ya había tentado suficientemente a la suerte y preferí ir a comer.

La crono para las enduro, al final de ese salto a la derecha estaba la zanja que casi me comí

La comida fue muy agradable ya que la compartí con varios amigos, entre ellos Miguel que me hizo la preciosa foto con el Erg Chebbi al fondo que usan los de Giant Loop en sus catálogos. También aparecieron por allí Isaac Feliu, Vicente Jiménez de Touratech y muchos más.

La gente de Yamaha habían dejado un hueco en una carpa para mi moto así que allí la dejé aparcada luciendo palmito y siendo el centro de atención, se le están poniendo unos humos….

Mi moto decorando la carpa de Monster

A media tarde decidí irme. Tras despedirme marqué un waypoint en el GPS y dejé que me guiara por pistas y caminos hasta casa. Fueron unos 70 km preciosos. No deja de sorprenderme que una máquina me pueda guiar con tanta precisión evitando el asfalto, es fantástico.

Por cierto, pude probar a fondo el nuevo traje de REV’IT, el Cayenne Pro. A la ida me tuve que poner un chubasquero encima ya que incluso tenía frío pero una vez en Les Comes el calor apretaba y me fue muy bien. Por la tarde al regresar era ideal, las enormes rejillas dejan entrar el aire perfectamente.

VIDEO

En fin, que fue un gran día que me compensó el mal trago de la anulación del rally. Gracias Yamaha!!