Visita a Motor Aventura

El pasado fin de semana me pude escapar a visitar la feria Motor Aventura en Teruel.

No es que la feria me interesara demasiado, en realidad fue la excusa para hacer una salida de tres días con dos amigos y un grupo de moteros del norte a los que tenía muchas ganas de conocer.

Con la moto cargada con las alforjas, la tienda y todos los cachivaches tecnológicos, el viernes a las 8 de la mañana me reunía en el área de servicio de Bellaterra, cerca de Barcelona, con José Antonio (Lagarto) y Javi, un agitador motero de primera que organizó la ruta. Tras un café salimos por autopista en dirección a Reus, con parada obligada en Riudoms a ver a nuestro amigo Sisku que desgraciadamente esta vez no podía venir con nosotros.

Seguimos por carreteras cada vez más divertidas hacia Mora d’Ebre, Horta de Sant Joan, Valderrobres, Morella y Cantavieja. A partir de allí empezaba la diversión con un track off road precioso que nos tenía que llevar hasta Masia Pelarda, cerca de Teruel que es donde se celebraba el evento.

Tuvimos la suerte de que había llovido y los caminos estaban perfectos. Nos paramos a comer en el que según dicen es el pueblo más alto de España: Valdelinares, a 1.692 metros. Muy cerca está la estación de esquí de Valdelinares. Nos fuimos hasta allí y subimos al mirador del pico Peñarroya al que hay que trepar por una escalera metálica que da un poco de yuyu… pero las vistas valen la pena.

El recorrido combinaba zonas muy rápidas con otras más técnicas donde Javi con su GS Adventure tenía que sacar todas sus dotes de pilotaje. Ir detrás de José Antonio era un peligro ya que las piedras eran proyectiles que salían disparados de la rueda trasera de su KTM 990 así que decidí tirar un buen rato delante. A pesar de llevar las alforjas la 660 es super divertida en estas pistas y me lo pasé de miedo.

Sobre las seis de la tarde llegábamos a Masía Pelarda, una masía reconvertida con diversos circuitos off road para practicar con los 4×4, quads, motos.. Allí nos encontramos con Xabi, un amigo vasco que presentaba su nueva empresa: Moto Raiders, dedicada a viajes y salidas en moto. Xabi nos había preparado un espacio donde poder montar nuestras tiendas. Pero la cosa no quedaba aquí, ayudado por Fer, en un plis plas tenían montada una carpa donde nunca faltaban cervezas, aperitivos… un autentico meeting point con todas las de la ley, un alarde de organización, siempre con la sonrisa y la broma a punto, unos cracks, GRACIAS CHICOS!!

Poco a poco iban llegando el resto de compañeros: Patxi, Pepepower, Edu, Alberto, Rolf, Eugenio, Vikingo, Iñaki, Ibon… hasta quince en total.
El ambiente se iba animando por momentos. Una vez montada la tienda y organizado el equipaje me fui a dar una vuelta por la feria. Era impresionante ver el nivel de preparación de algunos 4×4. Desde aparatos de competición pura hasta coches para ir al fin del mundo… cuando ya no pueda con esto de las motos acabaré en uno de ellos. Me veo retirado con mi mujer viajando de un lado al otro con mi 4×4 vivienda…

Después de babear un buen rato con todos esos aparatos me encontré de nuevo con el grupo, tras unas cervezas nos fuimos a cenar, la verdad es que estaba cansado así que no me fui demasiado tarde a dormir… bueno eso es lo que me habría gustado. Me metí en la tienda pero los vecinos de acampada no parecían dispuestos a dejarme dormir: gritos, carcajadas y cuando al final se durmieron empezaron los ronquidos más bestias que he oído jamás.

Tras una corta noche nos vamos levantando todos… las caras de sueño lo dicen todo pero como que el plan es ir todo el día en moto la tontería se nos pasa pronto. El desayuno en la masía es una auténtica porquería así que es cuestión de liquidarlo rápido y dejarlo todo a punto para salir. Nos reunimos frente a la carpa de Xabi y organizamos los tres grupos de 5 motos cada uno. A mí me toca guiar un grupo formado por los hermanos Iñaki y Ibon (competidores míos en el campeonato de rallys) con KTM 690 y 990; Alberto, un chaval de 22 años y su GS800 y Carlos «el Vikingo»con su LC4 Adventure.

Salimos los primeros y en seguida me dí cuenta de que no me iba a poder relajar ni un segundo, por mucho que apretara esos cuatro no se despegaban de mi así que me concentré en intentar cometer los mínimos errores de navegación posibles e intentar que esos bestias no me pasaran por encima. Pero la verdad es que son cuatro tíos majísimos con los que da gusto ir en moto. Sin más incidentes que apretar algún tornillo de las KTM – lo normal si vas con tres de ellas- y tras un recorrido precioso llegamos a Pitarque, un pueblo situado en una garganta impresionante donde nace el río Pitarque. Ese era el punto de reunión de los tres grupos y donde paramos a comer unos bocatas enormes que nos supieron a gloria tras el «desayuno» que habíamos tenido.

La comida fue muy animada y allí me dí cuenta de algo que me va pasando cada vez más a menudo… esos tíos podían ser mis hijos… y yo allí intentado darles caña, iluso de mi!

Tras más de una hora de estar allí nos empezó a extrañar que no llegaran los otros grupos así que le llamamos. Uno de los grupos había tenido un problema gordo. El piñón de ataque de la KTM de Fer se había salido y había quedado completamente «soldado» al chasis. Tras horas intentando sacarlo finalmente habían desistido y Fer y Xabi (con el amortiguador de su 990 roto) se habían tenido que volver en coche a la masía. Los tres restantes (Javi, José Altonio y Eugenio) habían continuado el camino pero con muchísimo retraso. Del otro grupo no sabíamos nada.

Así que decidimos continuar nuestra ruta. Salimos de Pitarque hacia un mirador desde el que se podía ver todo el cañón y el pueblo más abajo; el paisaje era precioso. A poco de salir de allí nos encontramos al segundo grupo que también había tenido algún problema en forma de pinchazo. Tras saludarlos seguimos nuestro camino por unas pistas rapidísimas entre bosques. El recorrido era incluso más bonito que el de la mañana pasando por grandes prados, gargantas, zonas rápidas y otras más técnicas… muy variado y entretenido.

Al final del día paramos a repostar en una gasolinera y Alberto se da cuenta de que su GS 800 tiene la rueda delantera pinchada. Menuda suerte poder cambiarla allí mismo con el compresor de la gasolinera! En un momento la rueda está arreglada (con herramientas KTM como se quiso demostrar en la foto) y seguimos nuestro camino sin más incidentes hasta Masía Pelarda.

Cuando llegamos allí nos enteramos de los problemas de Fer y mientras nos relajamos en el Meeting Point de Xabi van llegando el resto y explicando sus aventuras. Los último en llegar son Javi, José Antonio y Eugenio que a pesar de salir tardísimo por culpa de la avería de Fer consiguen completar el recorrido, unos fieras!.

La noche vuelve a ser animada en el campamento con trial 4×4 nocturno incluido, ronquidos y demás…

Nos levantamos temprano para ir recogiendo las tiendas y demás bártulos. No soy precisamente rápido con esa logística así que necesito mi tiempo.

A las 10 hemos quedado con el dakariano José Manuel Pellicer que nos va a dar una lección de paso por curva. La verdad es que me da bastante pereza, habría preferido dar una vuelta por la feria… total, qué me va a enseñar a mi!!

Nos reunimos todos en una explanada de la Masía que normalmente debe ser un campo. Lo han arado y aplanado pero la tierra está muy blanda y suelta. Ya nos advierte Pelli que con nuestras motos no va a ser fácil rodar. Tras dar un par de vueltas lo certifico, la sensación es parecida a la de ir por la arena del desierto, la moto va por donde quiere, se hacen unas roderas inmensas… horrible!. Para acabarlo de arreglar delante llevo el Mitas E09 que llevé en Marruecos y que he puesto para acabarlo de gastar. Está en las últimas y no me da ninguna seguridad.

Pelli nos da unos consejos para trazar las curvas y nos pide una moto para demostrarlo. Primero coge la GS de Eugenio. El tío vuela con ella pero se nota que lo pasa mal. Cuando llega nos dice que el embrague va muy mal y que eso no le deja hacer bien las curvas. Me extraña que el embrague le influya en eso… luego lo entenderé.

Le dejo la mía para que de unas cuantas vueltas. La moto va a tope de gasolina y con ese neumático delante va a sufrir. Quiero que se de cuenta de lo que es ir con una moto de 200kgs en lugar de una ligera enduro pata negra. La coge y empieza a dar vueltas gas a fondo, flipo como la lleva. Se ve como va luchando por no irse al suelo cuando la moto se le va de delante pero ni así corta el gas: a fondo!!. Al final en una curva se le va de delante y se va al suelo, se levanta y gas a fondo otra vez!… Cuando para me comenta que la moto le gusta mucho pero que se nota que va cargada de gasolina y que se le va de delante, tal vez por culpa del neumático que no tiene ningún grip.
Por cierto, como que tenía que hacer mucha carretera quise reservar los Michelin Desert para los próximos rallys y le puse detrás un T63 que me ha dado muy buen resultado como neumático trail.

Luego la cojo yo… patético. No consigo ir rápido, voy inseguro y acabo también por el suelo. Por suerte el terreno está tan blando y voy tan lento que no nos pasa nada ni a la moto ni a mi. Tras varios revolcones de los otros pilotos decidimos irnos a otro sitio en el que sea más fácil aprender de Pelli.

Nos vamos a uno de los circuitos de la Masía. Allí hay una curva en la que podemos practicar. Se trata de entrar en la curva haciendo derrapar la rueda trasera con el freno y continuar la cruzada con el gas para salir de la curva lo más rápido posible. Pellicer nos explica cómo y entonces entiendo lo del embrague. Entra en la curva con el embrague apretado, con eso consigue poder cruzar la rueda trasera sin que la moto se cale. Hasta aquí nada que no sepa. Lo nuevo para mí es que en lugar de soltarlo del todo para salir de la curva como hago yo, el va jugando con un dedo en el embrague y el gas abierto de forma que el motor sigue alto de vueltas y le es más fácil hacer cruzar la moto. Si ve que se le cruza demasiado no suelta el gas, simplemente aprieta el embrague y la moto vuelve a su sitio.

Me paso un buen rato probando el truco y funciona. Será cuestión de ir entrenando para mejorar pero sólo por eso ya ha valido la pena el mini cursillo. Y yo que pensaba que ya lo sabía todo… siempre se puede aprender!!. Pelli vuelve a coger mi moto y nos enseña como hay que ir jugando con el cuerpo y el reparto de pesos en las curvas, realmente interesante. Luego coge su Suzuki de cross y empieza a dar vueltas. Impresionante, cómo domina la moto!! un crack.

La verdad es que el tío me cae bien, se nota que le apasiona lo que hace y que le gusta enseñar, muy cercano y accesible. Gran Pelli!!

Por allí se acerca también el ángel de la guarda del Dakar Paco Martínez y su Kawasaki una gran persona que ayudó a un montón de pilotos hace un par de ediciones del Dakar.

Tras la foto de familia Xabi nos hace de guía por los otros circuitos de la Masia, están pensados para los 4×4 y hay de todos los niveles. Nos metemos por el más complicado con unos escalones de piedra que dan miedo. Vikingo con su LC4 me reta a subir por uno doble, pasa con su LC4 pero a costa de un buen «clonk» en el cubrecarter… me lo pienso y estoy a punto de picar pero por una vez soy prudente… el va a cargar su moto en una furgoneta pero yo tengo casi 500 km de vuelta a casa en moto, una buena excusa para no jugármela a pesar de que el cabroncete me mira con una sonrisa de oreja a oreja gritando: rajao!!. De todas formas con ese tío mejor no jugarme nada, no sólo va muy rápido, se nota que ha hecho trial… no tengo nada que hacer e intento consolarme recordando que una retirada a tiempo es una victoria…

Pasamos un rato viendo trial en 4×4. Increíble lo que se puede hacer con un coche preparado. Hacerlo debe ser divertido pero verlo es un palo. Nos reunimos el grupo de nuevo para comer algo antes de irnos para casa. Mientras unos cargamos el equipaje otros van a buscar la GS de Eugenio que parece haber roto la transmisión… otra baja. Nos despedimos y Javi, José Antonio y yo iniciamos la vuelta a casa que esta vez será 100% asfáltica.

En una de las paradas para poner gasolina podemos ver las últimas 4 vueltas del GP de Catalunya con Marquez y Pedrosa jugándosela en cada curva, fantástico!. El regreso es bastante aburrido pero no puedo relajarme demasiado si quiero seguir el ritmo de la GSA y 990, mucho más potentes que mi 660 pero la ternerita se comporta dignamente. A pesar de ir cargada con tienda y equipaje voy manteniendo curceros de 120 – 130 sin problemas. Estoy realmente contento de ella, pocas motos son tan versátiles. Permite diversión en off road como rodar en un circuito o participar en un rally, salir de viaje con equipaje a cuestas y poder viajar cómodo por carretera. ¿La moto total?

Para acabar el día poco antes de llagar a casa me cae una buena tormenta pero estoy cerca así que ni me pongo el traje de lluvia. Meto la moto en el garaje empapado, cansado pero contento, ha sido un gran fin de semana.

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