20161106_155750

No voy a ser yo el que descubra que la JVO es una pura sangre de carreras, eso es evidente tras múltiples participaciones en el Dakar y otros rallys pero… ¿se podría adaptar una moto tan radical para el uso de un aficionado que la quiere solo para pasarlo bien el fin de semana?, ¿serviría para realizar viajes off road?. Conseguir respuestas a estas preguntas era el objetivo de la transformación de la WR y no puedo negar que en algún momento he tenido dudas pensando que era una chaladura mía pero tras el pasado fin de semana se me han disipado todos los temores.

Hemos hecho una salida de dos días con mis amigos Transibérics. Con ellos la diversión está asegurada y también he aprovechado para probar muchas cosas antes de mi viaje a Marruecos. Por eso he intentado reproducir todo lo posible las condiciones del viaje (equipaje y mucha gasolina) y ver que reacciones tiene la moto. Así que durante la semana previa hice algunas adaptaciones ya pensando en un uso trail de la moto.

Primero le alargué el desarrollo. Puse una corona Renthall Twing Ring que combina la parte central de ligero aluminio con el exterior de acero: ligereza y robustez.. Es de 47 dientes y junto al piñón de 14 permite ir con el motor mucho más desahogado a alta velocidad. Mientras que con el desarrollo de serie (13/50) a 100 km/h ya va muy alta de vueltas con el 14/47 puedo circular a 100, 110 e incluso 120 sin castigar la mecánica. Las JVO del Dakar llevan 15/47 con el que aún pueden correr más pero la verdad es que con tacos y mousse no me apetece ir tan rápido.

20161104_223832

Luego cambié el porta roadbook y los trips por el GPS. Tal como me lo han instalado en motos Ausió esa operación es muy rápida y sencilla por lo que, en lo que respecta a la instrumentación, convertir la WR de moto de rally a trail se hace en pocos minutos. Todo se reduce a 4 tornillos para sacar la bandeja donde van fijados los trips y el porta roadbook, dos para poner el GPS y una serie de enchufes estancos que tengo numerados para no equivocarme. Un interruptor sirve para desconectarlo todo y evitar la descarga de la batería ya que toda esta instalación se ha hecho independiente de la original de la moto.

20161101_230043

Con la instrumentación de rally

20161105_064639

Con el GPS

También aprovechamos la parte frontal de la araña para crear un espacio que me permite llevar objetos cuando saco los instrumentos de navegación. Allí pongo el estuche de las herramientas y aún me cabe el chubasquero. El peso total es aún inferior que el de los instrumentos así que no fuerzo la araña.

He puesto unos cubremanos cerrados Polisport que protegen las manetas y también desvían el aire de las manos mejor que los abiertos de enduro. Aún así creo que me fabricaré unas extensiones que tapen más ya que en esta moto no llevo ni pondré puños calefactables.

20161104_190359

Respecto al equipaje, he llevado prácticamente lo mismo que usaré para ir a Marruecos, me queda la duda de si llevaré la bolsa sobre depósito que es lo único que no he montado esta vez.

Las alforjas Coyote de Giant Loop encajan como si estuvieran hechas a medida de esta moto. A pesar del trote que les he pegado este fin de semana no se han movido en absoluto y me cabe el equipaje suficiente para los 10 días siempre y cuando no lleve el material de acampada. Tampoco molestan en la conducción y se notan bien poco en las reacciones de la moto, una ventaja que aporta el que bajen por los laterales. Para fijarlas a la moto dejamos unos prácticos ganchos que vende Giant Loop y que atornillamos al chasis.

 

20161105_064616

Preparada antes de la salida

 

Pero bueno, ¿cómo ha ido todo esto durante estos dos días?

Salí temprano el sábado, me esperaban 60km de autovía hasta el punto de reunión. En la moto llevaba unos 25 litros de gasolina más el equipaje, sin embargo por carretera no se notaban apenas. Lo primero que me gustó fue comprobar que podía mantener un buen crucero de 100 a 110 km/h sin forzar en absoluto. Si hace falta la JVO se pone fácilmente a 120 y he llegado a 140 pero no es lo suyo, a esta velocidad el motor va bastante alto de vueltas y no me encuentro seguro a pesar de no notar ningún meneo extraño, supongo que el amortiguador de dirección ayuda mucho en este aspecto.

Esos kilómetros pasaron muy rápido, la pequeña cúpula protege lo suficiente y el asiento ensanchado en la parte de atrás (obra de Motosillín en Barcelona) es más cómodo que el de serie. Sin embargo aún es demasiado duro y en tiradas más largas supongo que llegará a ser incómodo, hablaré con ellos a ver que se le puede hacer para mejorarlo. El tramo final del recorrido era una pequeña carretera con curvas y allí si que me divertí. También me sorprendieron los neumáticos Maxxis IT que se aguantaban muy bien a pesar del asfalto húmedo. En resumen, como era de esperar el asfalto no es lo suyo y las autovías aún menos pero se defiende y a la que llegan las curvas puede poner en aprietos a motos mucho más potentes, allí es un juguete explosivo!! Respecto a la versión enduro la mejora en comodidad por carretera es enorme.

Ya en el punto de encuentro lógicamente las miradas se iban hacia ella, lo es todo menos discreta. El grupo era bastante variado: varias KTM 690, una Husky 701, dos WR450 y dos GS 1200, una de ellas la impresionante HPR de Isaac Feliu.

Tras las lluvias el terreno estaba perfecto y el ritmo era vivo. A pesar del peso añadido la WR seguía siendo ágil y manejable, tan solo en saltos fuertes la suspensión se notaba un poco blanda, y es que no le he hecho nada, es tal como viene de serie. Habrá que trabajar en ella ya que le he añadido bastante peso. La ventaja de ser tan blanda es su comodidad, es muy descansada ya que se lo traga casi todo y el piloto ni se entera.

Durante los dos días nos hemos ido intercambiado las motos, ¡las he podido probar todas!!… el problema era conseguir que me la devolvieran, gustó a todos, incluso a Isaac Feliu que al principio se resistió a probarla pero acabó sucumbiendo a sus encantos. Verlo en acción fue todo un espectáculo y su cara al bajar de la moto lo decía todo: le gustó, ¡y mucho!. También me sirvió para probar por fin su mítica HPR, mi problema fue que pasar de la ligerísima Yamaha a la enorme BMW no es tan fácil como a la inversa. De todas formas me gustó, es impresionante el trabajo que ha hecho Isaac en esa moto, realmente no tiene nada que ver con una GSA convencional, es infinitamente mejor en off road tras la cura de adelgazamiento que le ha hecho y unas suspensiones fantásticas. Un bicho para machotes con el que se puede ir increíblemente rápido tal como ha demostrado Isaac en los rallys.

20161105_155551

Isaac Feliu

20161106_105721

Jordi Pifarrer

img-20161106-wa0013

Edu Camps

20161105_160349

Probando la mítica HPR de Isaac Feliu

Volviendo a lo terrenal. Motos tan ágiles como la KTM 690 o Husqvarna 701 se notan grandes y pesadas cuando te subes a ellas tras ir con la Yamaha. Ni siguiera su mayor potencia compensa la agilidad de la JVO a poco que el terreno se complique un poco. Las suspensiones marcan la diferencia pero también la posición de conducción y la facilidad con que superas los obstáculos o salvas los imprevistos. Los motores gordos de las trail vibran y se notan las pistonadas, en cambio el 450 es eléctrico, más fino y dosificable. La potencia es inferior respecto a las trail pero se aprovecha toda y sales como un tiro tras cada curva. También las frenadas son mejores, la 450 se para en un palmo de terreno, en cambio las inercias de las otras se dejan notar. Con la WR se puede ir a un ritmo altísimo con mucha seguridad, ir igual con las grandes significa asumir más riesgos y es mucho más cansado a menos que seas un superhombre.

Lo que más me ha impresionado es la transformación que ha experimentado la WR con el kit. Mientras la versión enduro es una moto muy exigente, esta versión raid con más peso, muy bien repartido y un desarrollo más largo que dulcifica la entrega de potencia es mucho más fácil y descansada de llevar. Ni siquiera el aumento de peso es un handicap si lo que se quiere hacer es trail endurero. Sólo en trialeras complicadas se ve realmente penalizada pero tengo la impresión de que el simple aficionado como yo puede ir igual de rápido que con la enduro en pistas y caminos, aguantar mucho más tiempo sin cansarse (a eso también ayuda mucho el asiento) y no sufrir en los enlaces de carretera como pasa con una enduro. También la frenada es mejor gracias al disco delantero más grande.

Y se pueden mantener ritmos de escándalo. Tras las lluvias del fin de semana el terreno era una maravilla, hemos circulado en un suelo arenoso que era una gozada, pistas, caminos, senderos e incluso alguna trialera que nunca habría pensado pasar con tanta facilidad. Aceleraciones, derrapadas, frenadas al límite… todo se hace fácil con esta moto. La diversión está asegurada.

Pronto me llegará un nuevo depósito trasero que JVO ha desarrollado para que pueda llevar bomba de gasolina (actualmente solo la lleva el inferior). De esta forma los dos depósitos pueden ser independientes, me gustará probar que tal va la moto si pongo únicamente el tanque trasero pero tengo la impresión de que gran parte del buen equilibrio de la JVO se debe al depósito inferior que ayuda a bajar el centro de gravedad… ya veremos.

Llegué a casa feliz, todo el esfuerzo que le hemos dedicado ha valido la pena. Esta moto es un sueño hecho realidad, podré correr rallys pero también pasarlo en grande el fin de semana haciendo trail-enduro que es lo que me gusta más. Pero creo que lo más bueno está por probar y lo haré pronto: la arena de Marruecos nos espera 😉

20161105_104640

img-20161106-wa0006

Siempre acabamos metidos en líos… pero hay recursos para salir de ellos

img-20161106-wa0008

Todo parece fácil con la JVO

20161106_122636

20161106_112618

20161106_112638

20161106_155959

20161106_094641

Los cuatro que quedamos en el último día: Joan Sala, Jordi Pifarrer, Miquel Angel Ferres y yo haciendo la foto.

20161106_082853

Llafranc

20161106_082844

20161106_112610