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Hace unos días, cuando volvía a casa con la KTM en el remolque sentía una sensación rara. Por un lado estaba contentísimo por la preciosidad que veía por el retrovisor pero por otro tenía la sensación de que Jordi, el amigo que me la había vendido no lo tenía nada claro, lo noté triste… y eso no me dejaba tranquilo.

Me comentó que estaba contento de que me la quedara ya que sabía que la cuidaría tanto o más que el: «esta moto es como de familia» me dijo…  Por eso le respondí que allí la tendría esperando y que si algún día decidía vendérmela él sería el primero en saberlo, pero me iba con el sentimiento de llevarme algo suyo.

Ayer me entró una foto en el watts. Era de una KTM990S Dakar que se veía muy bonita. Me la enviaba Manu, el comercial de Ausió. La acababan de entrar y me pedía si le podía dar una mano para venderla, aunque en el fondo sabe mis debilidades y seguro que me quería liar el muy cab… Era de un cliente suyo de mucha confianza y con sólo 9300 km.

Soy tan débil que cometí el error de ir a verla. Se veía completamente nueva, tan solo un pequeño golpe en uno de los escapes. Me subí encima, es altísima con 265mm de recorrido de suspensión (245 en la R) llego de puntillas, es la moto más alta a la que me he subido nunca. No pude resistir ir a probarla. El sonido de los Akra es música, acojona, la suspensión se nota más blanda que en la R y la moto flota sobre los baches. No supe notar los 15CV menos que, según dicen tiene con respecto a la R.

Volví a Ausió hecho un mar de dudas. Por un lado tenía la R, la 990 más moderna que se hizo, la más evolucionada y potente pero con 33.000 km y unas suspensiones «cortas». Por otro una versión con una fuerte carga emocional, la Dakar, con más años pero menos kilómetros, suspensiones pata negra, los Akrapovic, y un ahorro de dinero que me permitiría ponerle muchas chuches… que dilema!!

Antes que nada cumplí mi promesa. Llamé a Jordi y le comenté la situación. Primero me dijo de todo por meterle esta presión, ¡hacía sólo 15 días que la había vendido y le preguntaba si la quería otra vez!!. Me pidió unas horas para reflexionar pero no las necesitó, al cabo de poco me llamaba feliz, había quorum en su familia: ¡esa moto tenía que volver!.

Ya no había marcha atrás, lo noté tan contento que no tenía más remedio que quedarme la S, mis dudas se disiparon de golpe, esta semana pasan la ITV y tendremos una 990 cada uno. Final feliz! 😀

Mi primer Marruecos fué con Jordi y siempre hemos comentado que algún día haremos un gran viaje juntos: Mongolia, Siberia… cuando se vendió la KTM pensé que ya no podría ser. Toda esta película no puede ser casualidad, tarde o temprano ese viaje se hará… ¿con las 990? 😀

Y ahora a ver que hago con esos colores que no me van con ninguno de mis modelitos… Horror!!!

 

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