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Amanecer en el Erg Chebbi

Me levanto muy temprano ya que quiero ver amanecer en las dunas. Justo donde acaba el jardín de nuestro hotel empieza la arena así que lo tengo fácil.

Camino un rato por la arena para adentrarme en el Erg Chebbi, a lo lejos se ve gente que ha subido hasta la duna más alta, esos se han levantado antes que yo.

Me he tenido que abrigar bien ya que la mañana es muy fría pero ese rato sentado en la arena esperando a que salga el sol ha valido la pena: silencio, aire limpio. El cielo está completamente despejado por lo que el amanecer es precioso. Todo acompaña a que el momento sea especial, no sé qué tiene el desierto y en especial las dunas, al final sólo son montones de arena pero hay algo que engancha. He estado aquí varias veces y aun así no puedo dejar de sentir algo especial cuando las veo… de hecho no me canso de verlas.

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Cuando vuelvo al hotel paso por donde había colgado la ropa para que se secara ayer, está toda tiesa, congelada, que frías son las noches aquí!!

Antes que yo se ha levantado Marc que sale hoy hacia Marrakesh a buscar a su chica que llega en avión y con quién viajará unos días por Marruecos. Cuando entro en la haima me encuentro ya vestido a Ramón que desde la noche pasada también se ha instalado con nosotros.

Esta vez desayunamos ya todo el grupo. Ayer por la noche llegaron tres más: Jaime y los italianos Georg y Jochen que se pegaron una buena paliza desde que desembarcaron creo que en Nador hasta aquí y por eso llegaron bastante tarde. Hoy Eduard nos ha preparado una salida siguiendo la frontera con Argelia hacia el sur hasta el temido paso del Ramlia, un rio de fes fes que suele ser muy complicado de atravesar.

Al cabo de poco tiempo de salir empiezan los problemas de las GS con la arena por lo que se deciden hacer dos grupos separando a los de las motos ligeras de las gordas. Una vez liberados del “lastre” los ligeros podemos dar gas a fondo por lo que el ritmo es vivo y sin pausas. Esta ruta la conozco bien y es preciosa. En una de las paradas varios de los integrantes del grupo me comentan que es la primera vez que vienen a Marruecos, se les ve disfrutar a tope.

Llegamos a un albergue marcado como punto de reunión, creo que se llamaba Porte du Sahara, tomamos las coca colas de rigor, ¡es impresionante como se encuentra esta bebida en cualquier rincón de Marruecos!. Nos ofrecen unos riquísimos pastelitos típicos y nos sentamos al sol a charlar un buen rato. El chico marroquí que nos sirve las bebidas es muy simpático y habla perfectamente español. Nos explica que vive en un pequeño pueblo que hemos cruzado hace poco. Sólo se puede llegar allí por la pista que estamos siguiendo lo que significa varias horas en 4×4. Nos explica que allí viven bien ya que hay agua, en cambio en otros pueblos cercanos tienen problemas. Tras más de dos años sin una gota de lluvia se les han secado los pozos… ¡dos años sin llover!! Que dura es la vida aquí…

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Albergue Porte du Sahara en la pista hacia el Ramlia

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El grupo de las «ligeras»

Los de las gordas no llegan y decidimos continuar, el chico del albergue les dirá que hemos seguido.

Pasamos por sitios increíbles, lagos secos que se han convertido en explanadas inmensas donde sólo el sentido común te hace cortar el gas, caminos de arena que de repente se convierten en pedregales que no se acaban… y precisamente en uno de ellos Ramón pincha la rueda delantera de su Yamaha. Estamos al lado del Ramlia pero el tiempo que perdemos reparando hace que decidamos dar la vuelta. La verdad es que me apetecía curzar el Ramlia con la 660. Lo he hecho con la DRZ, con la GSA y con la Super Ténéré y siempre me he tenido que emplear a fondo. Conducir la moto por esa arena tan fina que se mete por todos lados es realmente complicado.

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El lago seco al fondo

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Lago seco en la pista hacia el Ramlia

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De izquierda a derecha: Jordi, Jaime, yo, Dani y Ramón

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Tengo que buscarlas, creo que tengo una foto igual con cada una de las motos con las que he hecho esta pista: DRZ, GSA, Super T y Ténéré. Me encanta la forma de la meseta que se ve tras la moto

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Los mismos y en el mismo orden!!

Pero cruzarlo para seguir el camino es una cosa y hacerlo para volver por el mismo sitio otra vez no apetece demasiado y más cuando nuestros compañeros pueden estar esperándonos en el albergue así que volvemos atrás.

Cuando llegamos al albergue allí están, paramos para comer nuestros pic nic con ellos pero decido salir un poco antes que los demás. Quiero llegar un poco antes para meterme por las dunas.
Como cada tarde la luz coge esa tonalidad tan bonita, tan cálida. Sabiendo que el grupo viene detrás me arriesgo a ir a un ritmo vivo. Como que he hecho el mismo camino a la ida dejo de embobarme por el paisaje y me concentro en conducir y disfrutar de la moto. A partir de mañana volveré a rodar sólo y tendré que ser más prudente así que hay que aprovecharlo. Me divierto muchísimo dando gas a fondo por esas pistas interminables, ¿os he comentado que me encanta cómo va esta moto?.

Llego a las dunas y me meto en ellas, las voy tanteando, me divierto pero les tengo respeto, tanto tiempo pasándolo mal con las gordas que no consigo cambiar el chip. Voy animándome pero una enganchada hace que resienta mi muñeca maltrecha en la caída en el hielo de hace un par días. No me complico la vida y me voy al hotel, me queda mucho viaje por delante y no quiero estropearlo por jugar un rato en las dunas. Aun así me prometo volver un día pero acompañado, hay que probar hasta donde puedo llegar con la Ténéré.

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Probando la 660 en las dunas del Erg Chebbi

Llego al hotel y se suceden los encuentros, primero con Antonio Ramos (ya os expliqué en un post anterior que fue mi iniciador en esto de los viajes por Marruecos), me alegra mucho verle después de tanto tiempo. Más tarde conozco a Sergi Garcia de Trackmaster que generosamente me pasó la mayoría de tracks que estoy haciendo y finalmente al gallego Berto y su amigo que conozco a través de Internet, esto parece un meeting point!!. Recuerdo cuando se decía que las nuevas tecnologías nos iban a convertir en una especie de autistas metidos en nuestros ordenadores En lugar de eso nos han dado la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo.

Esta noche el conferenciante es Cristian Maragaño, un chileno que está dando la vuelta al mundo en solitario. Me quedo embobado escuchando su charla, yo que estoy tan orgulloso de mi aventura… vaya pardillo. Nos va pasando fotos maravillosas mientras nos comenta su viaje, increíble. Aquí tenéis su face: https://www.facebook.com/aroundtheglobe.chile

Después de Cristian viene Victor Rider que nos hace pensar un rato con sus preguntas y reflexiones sobre qué significa ser motero. Luego hay un sorteo de productos de los patrocinadores de Ride to Roots meeting, nada menos que un traje Sand de Rev’it, unos guantes y un casco enduro de BMW. Pero la cena no espera y hoy es fin de año así que hay fiesta grande: asado de cordero, cava, fuego en el jardín, música… una gran fiesta rodeado de gente fantástica. La verdad es que los del hotel se lo curran y nos lo pasamos en grande hasta bien entrada la noche.

VIDEO

 

TODOS LOS POST DEL VIAJE A MARRUECOS

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Eduard y Simona durante el sorteo de los productos REV’IT

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Fantástica cena de fin de año durante el Ride to Roots Meeting 2013

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