En el post anterior daba la KTM por acabada. Por suerte añadí un «o casi» para curarme en salud, que ya me conozco…

El tema es que la pintura original estaba saltando y con ella los adhesivos. En alguno sitios se veía mucho. Vaya, habría que pintar, que pena 😉 . ¿Y de que color?, ¿azul?, naaaa…. que mejor excusa para dejarla con mi color preferido para las motos. Llamé a Alex de Uniracing y para mi sorpresa no me envió a hacer puñetas y se puso la mar de contento. No le gustaba (a mí tampoco) la combinación del azul de la moto con el asiento Selle Dalla Valle así que no me costó nada convencerle en ponerse manos a la obra: fondo blanco que combina con todo y el resto se basaría en el diseño ya hecho con retoques para adaptarlo al nuevo color. 

Lo único que le pedí es que fuera más discreta que la azul… pero ya veis que no me hizo ni pu** caso 😀

Lo primero que me tocó fue sacar los adhesivos, al hacerlo saltaba toda la pintura, un desastre. Luego desmonté la plástica lo que me sirvió para conocer mejor los interiores de esta moto. Realmente me encanta el concepto. Los dos depósitos laterales son dos esculturas que se adaptan a la perfección a todos los recovecos de la moto. Son muy estrechos y con todas esas formas que hacen la gasolina pueda moverse muy poco y no cree inercias. Lo único realmente fastidioso es el acceso al filtro del aire que queda debajo de la práctica guantera. Para llegar a él hay que sacar un montón de tornillos. A cambio en esta posición tan alta se ensucia mucho menos que en la convencional bajo el asiento.

Amasijo de adhesivos

Así quedaba la pintura original al sacar los adhesivos

Ya tocaba limpieza interior

Una vez desnuda se la llevé a mi pintor de confianza Rafel Grandio. El reto era conseguir lo que KTM no había hecho: que la pintura no saltara. Para eso hizo falta sacar toda la pintura original, poner imprimación, añadir unos componentes a la pintura para que quede elástica (los plásticos de la 990 son muy endureros y flexibles) y yo que sé que más tuvo que hacer el pobre. Pero el resultado parece muy bueno ya que poniendo los nuevos vinilos tuve que sacar alguno para corregir la posición y no saltó como la pintura como pasaba con la azul. Tampoco se quiebra al apretar los tornillos… esperemos que dure.

Bonito puzzle

Los depósitos de gasolina con todos sus recovecos

Lo único que he dejado como estaba es la guantera en naranja y he hecho un pequeño homenaje a la 950 de Meoni pintando de también de naranja el marco de la rejilla bajo las luces. También repasé y pinté (esto lo hice yo) una rejilla de radiador que encontré de ocasión y que deja pasar más flujo de aire al radiador que la original de plástico.

Rejilla de protección del radiador antes de repasar y pintar

 

Acabada y montada

Mientras la pintaban aproveché para limpiar y engrasar a fondo. La verdad es que desnuda es de lo más sexy. Ha quedado como nueva.

Ha habido trabajo pero ha quedado fetén

Y luego llegaron los vinilos. Como siempre encajando perfectamente, ¿cómo demonios lo consigue Alex?. Al ir poniéndolos iba viendo que el resultado lo sería todo menos discreto. Se lo comenté a Alex y se puso a reír. Su respuesta fue: ¿desde cuando tus motos son discretas?… ¿que le iba a decir?

Blanca y radiante…

Primera fase

Segunda…

Acabada!!

Incluso las maletas han recibido su protección

 

 

En fin, que seguiré sin pasar desapercibido… ¿os gusta?

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