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Tras la experiencia de mi primer rally, donde hice un montón de novatadas además de caerme, hacerme daño y romper la moto, decidí que había que volver a intentarlo y no quedarme con esa sensación de pardillo. En Siete Aguas sufrí bastante, me dosifiqué mal y llegué reventado, por lo que para el rally de Enguera esperaba haber aprendido la lección y hacerlo mejor o -más importante aún- pasarlo mejor.

Una de las premisas era prepararme físicamente, llegar más fuerte. Desgraciadamente llevo una temporada loca de trabajo que me ha servido de excusa para no ir al gimnasio ni a correr ni nada que supusiera esfuerzo físico (en realidad soy un vago).

Lo que sí que hice fue preparar la moto aprovechando la experiencia de Siete Aguas:

– Guía cadenas: me dijeron que si no lo ponía no me dejarían salir
– Soporte para el Tripy: Llevarlo en el manillar era muy incómodo así que puse un soporte de GPS de Touratech que me lo dejaba mucho más a la vista.
– Desarrollo más corto: en las trialeras sufrí bastante con el desarrollo parecido al de serie así que lo acorté poniendo un plato de 49 y el piñón de 14.
– Neumático Michelín Desert con mousse delante y detrás. Son tan resistentes que aproveché los de la carrera anterior.
– Placas laterales porta-números caseras ya que también me dijeron que eran necesarias. Las improvisé con unos plásticos fijados a los soportes de las maletas.

Como he comentado tengo un otoño caliente en el trabajo con varios eventos que organizo, así que el principal objetivo era acabar entero, no me podía permitir hacerme daño bajo ningún concepto.

El sábado a las 7 de la mañana salíamos hacia Enguera. Esta vez iba acompañado con mi hijo William que se ofreció a hacerme de asistencia ya que Xavier, mi compañero en el anterior rally se había roto un pie probando una moto, espero que se recupere bien y rápido. Will vive en Inglaterra. Es un aventurero que tras pasarse más de seis meses viajando por Sudamérica está pasando una temporada en casa. Así que fue fantástico poder viajar juntos, teníamos muchas cosas de que hablar.

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Sobre las 12 llegábamos al parque cerrado donde me encontré a varios de los pilotos a los que conocí en Siete Aguas. Una de las cosas que más me está gustando de este campeonato es el ambiente tan sano que se respira entre los participantes, la mayoría de la gente vamos a divertirnos sin más, y eso se nota.

Lo primero que hice al llegar fue recoger el dorsal, el transpondedor (marca el recorrido que hace el piloto y la velocidad, con él la organización puede saber si un piloto ha acortado el recorrido o superado la velocidad máxima) y el Tripy que coloqué en el soporte Touratech y tras unos pequeños ajustes quedó perfecto. Con todo puesto ya pude entrar la moto en el parque cerrado e ir a comer algo. A las tres sacábamos las motos del parque para ir a hacer la especial que determina el orden de salida.

Todos los pilotos fuimos siguiendo a uno de los organizadores que tras darnos una vuelta por Enguera para enseñarnos a los vecinos (era la fiesta mayor) y hacer unos 15 km por carretera nos dejaba en el punto de salida de la especial.

Los primeros en salir fueron los buenos. Abrieron el camino los dakarianos Gerard Farrés y compañía mientras que los malos salíamos los últimos. Supongo que la organización pensó que un abuelete con una 660 sería el peor de todos ya que me dejó el último. Eso me acojonó bastante ya que detrás de mí salían los tremendos buggis, más me valía no cagarla o me pasarían por encima.

Aproveché para adelantarme un poco a pie y ver salir a los “pro”. ¡Cómo van esos tíos!!!. A medida que avanzaba el tiempo y se acercaba mi turno el gusanillo de los nervios empezaba a notarse. Parece mentira, un veterano como yo y con nervios!!. Aun así mi mentalización para evitar hacer tonterías era máxima. Mi teoría es que en una especial de sólo 10 km hay muy poco que ganar y mucho que perder. A mi nivel perder unos segundos no es importante y en cambio una caída te puede arruinar el rally. Además casi prefiero salir un poco retrasado ya que las roderas son tan evidentes que ya te marcan el camino a seguir.

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Sobre las cinco me daban la salida. El inicio era una bajada bastante pronunciada con piedras y poca adherencia. Salí tan lento que incluso me dio tiempo de saludar a unos moteros que siguen este blog y había conocido en el parque cerrado…. Muy poco serio vaya.

La especial es un problema para mí. Siempre tardo un rato en poder encontrarme a gusto en la moto, por tanto salir frio y tener que ir lo más rápido posible desde el principio me cuesta. Además ni a la Tenere ni a mí nos gusta ese terreno duro, arenoso y deslizante de esa zona de España. Poco a poco me fui entonando y empecé a ir más rápido pero cada vez que intentaba apurar llegaba a una curva donde se veían montones de pasadas de frenada. Con una enduro eso se corrige rápido pero con la ternera hay que ir con cuidado… Cuando acabé me pareció que el tiempo podría ser aceptable. Lo mejor de todo es que no había tenido ningún susto, había controlado los nervios y no había hecho tonterías. Buen comienzo.

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Tras regresar a Enguera y repostar entré la moto al parque y me puse a charlar con el resto de pilotos. Al cabo de un rato se publicaban los resultados. Un desastre, ¡que lento había ido! Estaba en la posición 15 de la categoría Desafío Tripy (de 21) en el que compiten enduros y trails y segundo en categoría trail. En la general estaba en un horrible puesto 38 de 53. ¡Me había pasado de prudente!.

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Lo peor de estos rallys es el tiempo que se pierde. Todo un día para ir 12 minutos en moto… Hasta las 20:30 no se hacía el briefing del día siguiente donde nos explicaron que debido a las fuertes lluvias el terreno estaba muy traicionero, en un tramo rápido podías encontrar un reguero producido por el agua en el momento menos esperado. También que tendríamos que pasar por un cortafuegos muy peligroso, con bajadas y subidas muy pronunciadas y llenas de piedras. Hablando con pilotos que lo habían hecho me pintaron la cosa muy mal para las trail, glups!

Por fin nos podíamos ir a cenar y dormir. Como que en Enguera no encontré hotel Will y yo habíamos tenido que reservar un apartamento en Xativa. Una buena cena y a dormir. La verdad es que no descansé bien… ese cortafuegos me produjo pesadillas 🙂 .

Por la mañana teníamos que estar antes delas 8 en la salida. Yo salí de los últimos, casi a las 9. Me esperaban 100 km de enlace, la asistencia y 85 km de cronometrada que me parecían muchos.

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Desde el primer momento intenté encontrar un ritmo que me permitiera ir ligero pero sin forzar para evitar errores y cansancio. El recorrido era exigente pero bonito, alternando zonas muy rápidas con otras más reviradas y machaconas. A pesar de que no te podías despistar ni un segundo ya que el agarre era malo y en cualquier momento el camino podía estar roto, no tenía nada que ver con la dureza del rally de Siete Aguas. Poco a poco le fui cogiendo confianza y pude aumentar el ritmo. La moto iba perfecta y la temperatura fresca invitaban a abrir gas.

La previsión era de lluvia y el cielo estaba encapotado pero no pasó de unas pocas gotas y una molesta niebla en algunos puntos altos que me obligaba a sacarme las gafas para ver algo. Otro problema que tenía era la velocidad, en los enlaces no se puede pasar de 90km/h y con el cambio de desarrollo no había manera de saber a la velocidad real a la que iba… y estúpido de mí, no me había acordado de mirarlo con el GPS en casa, un nuevo fallo de principiante…

Al cabo de un rato me sorprendió ver que me faltaban pocos kilómetros para llegar a la asistencia. Los de las trails tenemos el mismo tiempo que las enduro (creo que eran 2,5 horas para hacer los 100km) y por tanto si yo iba bien, a los “pro” les sobraría un montón de tiempo… algo raro pasaba… De repente se me encendió la bombilla… la moto no marcaba bien los kilómetros. Con el cambio de desarrollo cada kilómetro del marcador no debe llegar ni a 800 metros reales. Nueva cagada!! Por si las moscas apreté el ritmo, llegué a los 100km de marcador y nada de asistencia… hasta los 125km!!

Llegué con algo más de media hora de antelación con respecto a mi hora de inicio en la cronometrada que como empezaba muy cerca me permitía repostar, descansar y comer algo. ¡Vaya diferencia con respecto a Siete Aguas donde sólo tuve tiempo de repostar y salir a toda prisa!.

Will estaba allí con todo preparado. Desde la chaqueta de Ausió colgada en la puerta del coche para que le viera enseguida hasta las provisiones a punto, la gasolina, las herramientas… ¡perfecto!. Creo que hasta los oficiales de GasGas me tenían envidia!! 🙂

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Bromas aparte la verdad es que me fue muy bien. Poder parar esos 30 minutos, relajarme, comer, beber y charlar con él me ayudaron a salir como nuevo y empezar la crono en unas condiciones completamente diferentes a las de rally anterior en el que me encontraba cansado, dolorido tras la caída y con la moto y la moral tocadas.

Sólo darme la salida ya me noté bien, tras los 100km de enlace me encontraba muy bien en la moto: el nuevo desarrollo iba perfecto, la moto salía como un tiro de las curvas, la podía hacer derrapar a voluntad y no tenía que tirar tanto de embrague, el único problema era el corte de la inyección al pasarme de vueltas si no cambiaba rápido de marchas. Ir con los mousse y olvidarme de los pinchazos en un terreno pedregoso y duro como ese era fantástico, los Desert iban de maravilla y además ya le había cogido el truco a las viñetas del tripy por lo que me perdí muy pocas veces.

Me lo estaba pasando en grande, me daba la impresión de ir rápido pero controlado, con pocos sustos y pasadas de frenada, incluso me podía permitir adelantar a bastantes participantes con enduros. Tengo que reconocer que la mayor satisfacción era hacerlo en las trialeras. Debe fastidiar bastante estar enganchado en una trialera con una enduro y que te pase una 660 por el lado sin problemas. Lo sé, soy un poco cabroncete pero de algo me han de servir mis años de trial, ¿no?. Jajaja.

Casi sin darme cuenta llegué al famoso corta fuegos. Llegaba la hora de la verdad. Desde que entré podía verlo en toda su longitud, impresionaba. La primera bajada, me la tomé con calma, habían muchas piedras grandes y sueltas. Mientras bajaba me fijé en la subida que venía, era un escalón enorme, por suerte vi que el tripy me marcaba dar un rodeo para evitarlo. Subida, bajada, subida… era como una montaña rusa hasta que llegué a la bajada de la que nos habían hablado en el briefing. Era muy larga, empinada y con piedras, al llegar abajo unos pocos metros y una subida que no permitía errores, si te salías de la trazada correcta estaba llena de piedra suelta. Arrancar allí sería muy difícil con la Tenere y podía significar perder mucho tiempo. Además había mucho público, una enganchada allí sería bastante embarazosa, tenía que subir!!.

El trial me ayudó una vez más, la bajada la pude hacer sin problemas y con tiempo para ir mirando cual era la mejor trazada en la subida. Me aseguré de llevar la segunda velocidad bien engranada y ya antes de llegar abajo estaba acelerando. Al principio unas piedras me hicieron dar un meneo considerable pero la trazada la tenía tan clara que casi ni corté con lo que subí como un tiro. Tan bien que incluso pude chulearme levantando rueda.

Mientras subía podía oír animar al público, eso mola!!. También sabía que por allí estaba Will que era la primera vez que me veía en una carrera, no podía fallar. Al llegar arriba pegué un grito de euforia, no había para tanto, ese cortafuegos no había podido con nosotros.

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Creo que eso me animó aún más y el resto de la crono me salió perfecto, tanto que incluso pude adelantar al piloto de la KTM690 que iba delante de mí tras la primera especial, eso quería decir que si no cometía errores ganaba la carrera.

La parte final era rapidísima así que pronto llegué al final. Me encontraba tan bien que habría podido continuar más, esta vez sí que me había divertido.
Al final quedé cuarto de la general del desafío Tripy detrás de tres enduros y primero en categoría trail. En total fuimos 16 pilotos, de los cuales sólo tres trail. Supongo que la dureza del rally anterior donde muchas trail acabaron rotas o sus pilotos lesionados hicieron que más de uno se lo pensara.

En la scrath general quedé el 15º pero eso no cuenta ya que ir con el tripy es mucho más fácil que con el road book.

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Así que de momento dos primeros en dos carreras, no está mal pero es una lástima que participe tan poca gente. El próximo rally es el Lorca (Murcia), no sé si iré ya que me queda muy lejos. Si voy ya os contaré.

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