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Pues parece que esto va en serio, mi preciosa Ténéré se va de casa, concretamente a Madrid.

Siempre me pasa lo mismo cuando vendo una moto. El proceso se repite: me decido a venderla, hago el listado de piezas y modificaciones, fotos, anuncios… Le pongo precio a todo con la incógnita de si es mucho o poco… Hasta aquí no tengo mucha conciencia de que voy a perderla. Luego empieza el calvario de las llamadas, wats, mensajes en facebook, mails, los comentarios de quien no puede entender que me desprenda de una joya así… y de repente sale el que será su nuevo propietario.

Cuando aparece quien realmente quiere la moto el proceso es rápido y amigable. Son personas que tienen las ideas claras y saben lo que están comprando. Por tanto es muy fácil que nos entendamos. Se cierra el trato y, tal como he hecho estos días, la repaso a fondo para entregarla en perfecto estado. Es entonces, cuando tendría que estar más contento por haberla vendido que me entran las dudas y los remordimientos. La moto vuelve a estar radiante, aparecen los recuerdos de los viajes hechos, de esos fantásticos momentos pasados a solas en medio del desierto donde era fundamental que no me fallara -y no me falló- De las horas empleadas en mejorarlas…

Me encantaría poder guardar todas las motos que voy teniendo pero hay que ser pragmático: no tengo ni el dinero, ni el espacio ni el tiempo para poderlas disfrutar todas así que hay que ir dejando sitio si quiero empezar nuevos proyectos. Por suerte cuando sale una moto del garaje es porqué ya tengo en mente la entrada de otra que me llenará ese vacío y por tanto el nudo en el estómago dura poco, de lo contrario sería duro.

Mientras la limpiaba me he vuelto a fijar en el trabajo que se ha hecho en esta 660. Son miles de detalles que hacen que sea la moto de la que más orgulloso me siento. Si, la Super Ténéré era más espectacular, pero el nivel de preparación de esta es incluso superior. Sobre la base de una moto fiable pero sin pretensiones deportivas se ha conseguido hacer una moto que no ha perdido nada de su esencia aventurera pero añadiendo elementos que incluso me han permitido hacer mis primeros pinitos en rallys de competición con buenos resultados. Sin duda es la moto más polivalente que he tenido nunca.

Haciendo la lista de mejoras y accesorios es cuando me he dado cuenta del coste imposible de asumir si no hubiera tenido la ayuda de Motos Ausió, Off the Road, TFX suspension, Uni racing… gente apasionada que se han involucrado a tope en este proyecto. MIL GRACIAS!!. Sé que ellos también han disfrutado y ya están esperando a ver que será lo siguiente.

Bueno, ya lo tengo todo a punto para llevarla a mi transportista preferido: LVT moto que nos ha facilitado además toda la gestión y trámites de compra-venta. Os lo aconsejo, se encargan absolutamente de todo: peritaje de la moto, transmisión, pago de tasas e impuestos, transporte y cobro. Máxima eficiencia y profesionalidad.

Espero que el nuevo propietario tenga bastante espacio, no solo para la moto sino para las 5 enormes cajas que la acompañan!! 😀

Y ahora a acabar de disfrutar del mes que me queda con la Ducati, empezar a modificar la WR e ir pensando en que moto trail intentará llenar el vacío que deja mi querida e inigualable Ténéré 660.

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