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Esperando para las inscripciones

 

Que el trail está en pleno auge es evidente. No sólo podemos escoger modelos de todas las marcas, también tenemos eventos de todo tipo con las motos trail como protagonistas. En lo que va de año ya he participado en el 2DTrae, en la Trip&Track y ahora en Artic, tres eventos trail pero de características muy diferentes.

Además proliferan las tiendas físicas y on line dedicadas al trail, los fabricantes de equipos y accesorios se vuelcan en este estilo de motos, hay empresas especializadas en viajes trail y de aventura… Ya no somos unos bichos raros como hasta hace poco. Estamos de moda!!

Eso me quedó muy claro en la Artic. algunas cifras: 357 inscritos (307 motos),  111 participantes en trail,  246 en carretera (100 de ellos iban en pareja, es decir, 196 motos). Me gustaría saber cuantas motos asfálticas había pero diría que muchas menos que trail «de verdad», entendiendo aquellas que son capaces de meterse con garantías por campo a pesar de que muchas de ellas no lo harán nunca.

Llegué a Bielsa sobre las seis de la tarde tras un viaje de 330 km, la mayoría por autovía. De todas formas tengo que reconocer que no se me hicieron pesados, con esta moto se devoran los kilómetros. Por cierto, en este tipo de trayectos el control de crucero es fantástico… ¡cómo me estoy aburguesando!: maletas metálicas con todo el ajuar, moto con electrónica a tope, escuchando música por el intercomunicador… como siga así me veo en una Gold Wing (noooooorrr!!!) 😀

A medida que me iba acercando iba encontrando más motos hasta llegar al hotel que servía de base de la concentración donde ya había llegado muchísima gente. Empecé a encontrar a conocidos, entre ellos Nacho Sempere, delegado de REV’IT en España sponsors del evento y que tenían una carpa donde presentaban parte de sus productos. La verdad es que el trabajo de Nacho está notándose, en unos pocos años hemos pasado de ser unos pocos los que íbamos con estos equipos a ser legión. Eran con diferencia las equipaciones que más se veían por allí.

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Acabado de llegar y aún con las maletas

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Luciendo palmito ante la carpa de REV’IT!

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Roc Lloret impartiendo clases

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También estaba Roc Lloret de Enduropark que regalaba sapiencia moteril a los asistentes con sus charlas. Durante el evento. Roc y su equipo se movían en tres Multistradas Enduro por el recorrido dando asistencia a quien lo necesitaba. Borealis Moto tenían su stand en el que promocionaban su empresa de alquiler de motos, el reclamo era una preciosa Honda Africa Twin. Por su parte, Turadventure presentaban una amplia gama de productos destinados al mundo trail y Juan Carlos Toribio, que también llegó en una Multi Enduro, daba consejos de seguridad a los participantes. Por tanto habían por allí seis o siete Ducatis incluida la mía. Ya no era el único en una MTS Enduro, pero lo que no tenían las otras era el maquillaje de la mía que lógicamente atraía todas las miradas y es que el día anterior la había podido recoger en Uni Racing con el kit  de adhesivos que han diseñado para esta moto y que, pese a ser el primer prototipo aún por pulir, es espectacular.

Intenté llegar varias veces a la zona de inscripciones pero la cola era cada vez más larga. Luego entendí porqué. Te daban todo un kit para seguir la prueba y tenían que explicar muchas cosas. Habían muchos inscritos y poca gente para atenderlos. Aquello empezaba mal… por suerte los que estábamos allí no teníamos prisa y el equipo de Artic son encantadores pero es un tema a revisar en próximas ediciones.

Te podías inscribir en dos categorías: road y trail. Los de road hacían varios recorridos asfálticos 100% y los trail teníamos tres rutas con un buen porcentaje de caminos sin asfaltar. El sistema de salida era bastante complejo y al principio me pareció todo muy rebuscado y que aquello no podía funcionar. Los tramos eran lineales por lo que las motos iban y venían por el mismo camino, inmediatamente pensé en la de accidentes que podían haber con motos encontrándose de cara. Para evitarlo, la organización hacía equipos de 5 motos e iba alternando las rutas con el objetivo de dispersarlos. Al menos en mi caso eso funcionó a la perfección, apenas me encontré gente de cara y no tuve ni un susto. De hecho en el recorrido que me reservé para la tarde fui completamente solo. Muy bien pensado.

El ambiente era genial, como suele pasar en los encuentros de motos, pero es que además pude ponerle cara a mucha gente que conozco gracias a los foros y redes sociales, esto de Internet es fantástico. Y lógicamente me tocó hacer de «embajador» de la Multi ya que había mucha curiosidad por saber detalles de ella.

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Con la nueva decoración de Uni Racing

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Al día siguiente empezó toda la movida de los equipos y salidas de unos y otros. Todo bastante complejo pero muy currado. Te daban un pasaporte que te iban sellando al llegar al final de las etapas pero también había que hacer fotos determinadas en balizas con el color en función del equipo, superar una serie de pruebas… A cambio premios muy interesantes.

Los inscritos en la opción road hacían unos 300 kms 100% asfálticos por Gistáin, Valle de Pineta, presa de Cap de Long (Francia) y cañón de Añisclo. Los trail unos 75 de carretera y 75 de pistas: Pistas de Ruego (la más alta, con neveros arriba, llega hasta los 2.600m sin nieve). La Estiva que sube sobre el valle de Pineta y es de acceso restringido y Viadós por el valle de Gistau, a los pies del Posets.

Los integrantes de mi equipo (a los que no conocía) prefirieron seguir otro itinerario para juntarse con sus compañeros así que tuve la suerte de ir completamente solo (veo que con la edad me vuelvo antisocial). Eso me permitió gozar de unos paisajes absolutamente espectaculares «conmigo mismo» e ir a mi aire.

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Los grupos preparados en la salida

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Con mi grupo a punto de salir

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El primer recorrido nos llevó hacia el norte. Por carretera hasta Parzán donde me desvié por una carreterita hacia Chisagüés y de allí por pista siguiendo el valle del río Real hasta un punto donde la nieve dificultaba el paso. Algunos llegamos algo más arriba pero la nieve hacía imposible llegar más allá. Ríos, cascadas, valles, montañas nevadas… un auténtico catálogo de vistas impresionantes hacían que me concentrara más en ellas que en ir en moto. Tanto era así que cuando llegué al control donde me sellaron el pasaporte y me preguntaron si me había fotografiado con las balizas… ni me había acordado de ellas!!. Bueno, tema liquidado, como que había empezado mal decidí que no me preocuparía más en encontrar balizas: concentración a tope en moto y paisaje.

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De vuelta a Bielsa y a por el segundo itinerario, esta vez hacia el sur. Carretera otra vez hasta Salinas de Bielsa y de allí hacia Plan por una preciosa carretera con túneles excavados a la piedra. Esta ya la conocía de haberla hecho con la Super Ténéré. De Plan hacia San Juan de Plan donde empezaba la pista siguiendo el cauce del río Cinqueta y que nos llevó hasta las barracas de Viadós y el refugio de Tabernas, muy bonito también aunque sin la espectacularidad del primero.

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Otra vez a Bielsa donde me fui a comer al restaurante que la organización me había asignado (nos fueron repartiendo por diferentes restaurantes de la ciudad). Allí me senté junto a un participante de Barcelona que también iba solo y compartimos un buen rato.

El tercer y último itinerario salía de Bielsa hacia el valle de Pineta pasando por Espierba y de allí por pista que subía sin parar hasta el punto de control donde una chica muy simpática me explicó que podía seguir un tramo más y que de allí si quería podía subir a pie hasta un punto con unas vistas que valían la pena. Así lo hice, cuando llegué al final de la pista paré la moto y seguí a pie hasta la cima de las rocas. Tal como me dijo, el esfuerzo valía la pena, una vista de 360 grados que quitaba la respiración, sólo tenéis que ver las fotos. Iba muy bien de tiempo así que me quedé casi media hora sentado a solas disfrutando del paisaje. Impagable. Una de las reflexiones del momento fue lo versátiles que son este tipo de motos que te permiten llegar hasta un sitio así y sin ningún cambio poder volver a casa rápido y cómodo por carretera. Supongo que es parte del éxito de este segmento… cómo lo disfruto!!

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Así de pequeñita se veía la moto desde arriba

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Al bajar paré de nuevo en el control. La misma chica me recomendó ir hasta el Parador de Bielsa que está situado al final del valle de Pineta y de allí caminar un poco para ver las cascadas que lo rodean. Así lo hice pero no para ver las cascadas sino para tomarme un café con Nacho de REV’IT y el resto de expositores de la Artic que estaban allí en la terraza del Parador. Me he quedado con las ganas de ir a pasar allí unos días, el Parador es muy acogedor y las vistas de las montañas llenas de cascadas son una maravilla.

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De vuelta al punto de salida y a charlar con unos y otros hasta la hora de cenar. Luego vino la animada fiesta de despedida con la entrega de premios y regalos. Como era de esperar y por indisciplinado no me tocó nada de nada. Otro día tendré que hacer los deberes 🙁

Mis felicitaciones a Emilio Serrano y el equipo de Artic por el trabajo bien hecho, espero que sigan adelante con este proyecto que ya en la primera edición les ha salido redondo.

Al día siguiente desayuné con Nacho, Roc y el resto de amigos y salí temprano hacia casa. La vuelta la hice siguiendo la carretera pirenaica que es una preciosidad y perdiéndome voluntariamente por carreteritas secundarias. Curvas y más curvas que aún yendo con las maletas y las Michelin Anakee Wild de tacos pasaban volando, esta moto crea adicción, la sensación de control es total, cómoda, rápida, segura…

A la hora de comer estaba en casa, como si nada y con ganas de más. Pero ya falta poco para el siguiente viaje, esta vez a los Alpes la primera semana de julio, justo antes de que me despida de la italiana…. o no. 😉

Aquí he hecho un pequeño resumen en video:

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