On / Off road Alps Tour ’13 (capítulo 2)On / Off road Alps Tour ’13 (capítulo 2)

BAD NEWS!!

Muy mala noticia, el fin de semana se me murió el ordenador justo después de organizar todas las fotos y vídeos del viaje y antes de hacer la copia de seguridad. Resultado, muchísimas fotos preciosas perdidas y todos los vídeos. Hoy me han dicho los informáticos que es el disco duro y por tanto difícilmente recuperaré la información. Llevo un cabreo de cuidado. Por suerte tenía algunas fotos en el Dropbox así que la crónica no será tan árida…. Sorry!!
Bueno… siendo positivo, de todo se aprende y será una buena excusa para volver lo antes posible…

MARTES 20: BOVES – SUZA: 325 km (90km off road)

Me despierto muy temprano otra vez. Estos días es como cuando era niño y el día de Reyes me despertaba aún de noche a dar el coñazo a mis padres para abrir los regalos. Hoy los regalos son las impresionantes montañas que se ven desde la casa de Christian y Priscila y por las que dentro de poco estaré rodando con mi moto. La etapa de hoy promete, con bastantes kilómetros de pista no asfaltada.

Aprovecho para dejar el equipaje listo, repasar la ruta y descargar las tarjetas de memoria de la Gopro en la tablet. Todo esto de la electrónica es un engorro, también me paso el día viendo como recargar las baterías de los chismes… Cuando se levantan ya estoy listo, tomamos juntos un café y bajo a cargar la moto. Soy un patoso en esto, hay que mejorar el proceso ya que pierdo mucho tiempo, además como soy un pijotero no quiero salir si no está todo perfectamente atado.

Pero todo tiene premio, el retraso ha servido para que lleguen los padres de Christian a despedirme, su mamma me trae un fantástico “panini de prosciutto” (bocata de jamón) y una botella de agua, el almuerzo está asegurado. Me despido de esta familia encantadora, pongo gasolina y salgo en dirección a Francia.

El día es precioso, fresco y con una visibilidad y luz increíble. Paso por las afueras de Cuneo y tomo una pequeña carretera en dirección a Castelmagno. A medida que van pasando los kilómetros la carretera se va haciendo más estrecha y empinada, empiezan los primeros “tornanti” y el paisaje es cada vez más espectacular. Los Pirineos son preciosos, pero estas montañas impresionan!!

Empiezo a subir un puerto que debe ser famoso ya que se ven muchas pintadas en la carretera para animar a los ciclistas y en lo alto hay una estatua del gran Marco Pantani. Estoy en los valles de Maira y Stura donde empieza una pista preciosa y con unas  vistas tan impresionantes que me impiden ir rápido. Me paro cada dos por tres, es todo demasiado bonito para no disfrutar del paisaje.
En una de estas paradas me pasan unos alemanes con sus GS Touraterizadas hasta las trancas, pasan por mi lado sin apenas mirarme… pero estos de que van!… es igual, yo a lo mío. Sigo el camino y a lo lejos veo a los alemanes. Instintivamente avivo el ritmo, ya tengo la zanahoria que me faltaba para dar gas… jeje, se van a enterar estos, ya la hemos liado… por un momento me olvido de las montañas y disfruto de la conducción, los 22 kgs de equipaje se notan pero no excesivamente, primero desactivo el control de tracción, luego el botoncito mágico que deslimita la moto… GAS!!. En este tipo de pista la Super se siente como pez en el agua, las cruzadas se dosifican perfectamente, es cómoda, las suspensiones mejoradas se lo tragan todo… disfruto de verdad. Al cabo de poco ya estoy a la rueda del último y en poco rato (educadamente y saludando, eso si),ya los he pasado a todos, llevan demasiada maleta de aluminio super cargada. A la que me pongo delante aprieto de verdad y los dejo rápidamente atrás. Toma ya!!
.

Tras unos cuantos kilómetros de diversión llego a lo alto de la pista, la vista es espectacular, me paro a hacer fotos, descansar y comer el panini. Al cabo de poco llegan los alemanes, esta vez si se paran, me saludan y se ponen a mirar mi moto… también están haciendo una semana de ruta por los Alpes, charlamos un rato, me hacen mil preguntas sobre la Super T, le hacen fotos y seguimos cada uno por nuestro camino. Al final eran majos y todo.

Cuando me quedo solo reflexiono… Si, picarme con ellos ha sido muy divertido, he demostrado que soy un machote y un crack yendo en moto, pero una caída tonta, a parte de hacer el ridículo más espantoso, me habría podido arruinar el viaje. Tengo que tener más cabeza y dejarme de tonterías, aceptables al lado de casa pero que en un viaje así pueden salir demasiado caras.

Llego a la carreterita que me llevará a Elva. Es preciosa, excavada en la roca de la montaña y llena de túneles. A un lado la roca y al otro un precipicio de vértigo hasta el río. De Elva voy a Sampeyre, de allí ya por una carretera más ancha hacia el Col d’Agnel y hasta Briançon en Francia. En todo el trayecto no hay ni un solo kilómetro que no haya valido la pena. Una maravilla.

Cruzo Briançon y me dirijo otra vez hacia Italia en dirección a Sestriere. Llego allí más tarde de lo previsto por culpa de mis continuas paradas a hacer fotos pero no pasa nada. Por primera vez en uno de mis viajes puedo improvisar ya que llevo la tienda de campaña, así que decido que iré al cercano Valle Argentiera donde Isaac me dijo que se podía acampar y era muy bonito. No llevo comida así que paro a tomar una pizza en Sestriere. Al dueño del restaurante le gustan las motos y charlamos un rato, me pregunta donde voy, le comento mi plan de ruta, que mañana quiero hacer la pista de la Assietta que sale de Sestriere en dirección a Susa y me dice que no lo podré hacer ya que los miércoles y sábado la circulación por esta pista está prohibida.

Joder! No lo pienso ni un segundo, me zampo la pizza en un minuto y salgo disparado hacia la moto. Cambio de planes, esta pista no me la pierdo por nada… aunque se haga de noche! La pista va carenando las montañas a más de 2500 metros, el sol empieza a ponerse dejando una luz rojiza preciosa, voy muy tarde, no se cuantos kilómetros de pista me quedan pero ni así puedo reprimir la tentación de parar, disfrutar del momento y sacar fotos.

Creo que es lo que más me ha gustado de ir solo, las decisiones las puedo tomar sobre la marcha, soy el único responsable y “sufridor” de ellas y pueden ser muy pensadas o simplemente impulsivas pero son las que me pide el cuerpo.

La luna sale tras unas montañas para acabar de redondear la escena. No se oye nada, es el atardecer perfecto. A la que se pone el sol recuerdo que estoy solo en medio de unas montañas que no conozco y sin saber muy bien que es lo que tengo por delante así que arranco sin perder más tiempo. Se hace completamente de noche pero la luna me hecha un cabo, casi está llena y su luz lo inunda todo… su luz y las de los faros de led auxiliares que son una maravilla y me permiten mantener en buen ritmo. Sigo adelante y llevo al Colle delle Finestre. De repente empieza de nuevo el asfalto, llego a la civilización, al cabo de poco empiezan los tornanti, son tan cerrados que la luz de la moto no es capaz de iluminar el ángulo que tienen. Si podéis ver un mapa fijaros en este col, sale de Meana de Susa, cerca de Susa (Italia), las curvas están tan juntas que solo se una mancha en el mapa, es alucinante.

Llego pasadas las 11 de la noche a Susa, estoy reventado, no me veo capaz de buscar un sitio donde montar la tienda, necesito ducha y cama así que me meto en el primer hotel que encuentro. Tras el ritual de enchufar trastos por toda la habitación me voy a dormir. Ha sido un gran día y como postre mi primera nocturna off road… pero mañana me espera un gran día con el Jafferau y el Sommelier por delante!!

Más capítulos del viaje Alps Tour

BAD NEWS!!

Muy mala noticia, el fin de semana se me murió el ordenador justo después de organizar todas las fotos y vídeos del viaje y antes de hacer la copia de seguridad. Resultado, muchísimas fotos preciosas perdidas y todos los vídeos. Hoy me han dicho los informáticos que es el disco duro y por tanto difícilmente recuperaré la información. Llevo un cabreo de cuidado. Por suerte tenía algunas fotos en el Dropbox así que la crónica no será tan árida…. Sorry!!
Bueno… siendo positivo, de todo se aprende y será una buena excusa para volver lo antes posible…

MARTES 20: BOVES – SUZA: 325 km (90km off road)

Me despierto muy temprano otra vez. Estos días es como cuando era niño y el día de Reyes me despertaba aún de noche a dar el coñazo a mis padres para abrir los regalos. Hoy los regalos son las impresionantes montañas que se ven desde la casa de Christian y Priscila y por las que dentro de poco estaré rodando con mi moto. La etapa de hoy promete, con bastantes kilómetros de pista no asfaltada.

Aprovecho para dejar el equipaje listo, repasar la ruta y descargar las tarjetas de memoria de la Gopro en la tablet. Todo esto de la electrónica es un engorro, también me paso el día viendo como recargar las baterías de los chismes… Cuando se levantan ya estoy listo, tomamos juntos un café y bajo a cargar la moto. Soy un patoso en esto, hay que mejorar el proceso ya que pierdo mucho tiempo, además como soy un pijotero no quiero salir si no está todo perfectamente atado.

Pero todo tiene premio, el retraso ha servido para que lleguen los padres de Christian a despedirme, su mamma me trae un fantástico “panini de prosciutto” (bocata de jamón) y una botella de agua, el almuerzo está asegurado. Me despido de esta familia encantadora, pongo gasolina y salgo en dirección a Francia.

El día es precioso, fresco y con una visibilidad y luz increíble. Paso por las afueras de Cuneo y tomo una pequeña carretera en dirección a Castelmagno. A medida que van pasando los kilómetros la carretera se va haciendo más estrecha y empinada, empiezan los primeros “tornanti” y el paisaje es cada vez más espectacular. Los Pirineos son preciosos, pero estas montañas impresionan!!

Empiezo a subir un puerto que debe ser famoso ya que se ven muchas pintadas en la carretera para animar a los ciclistas y en lo alto hay una estatua del gran Marco Pantani. Estoy en los valles de Maira y Stura donde empieza una pista preciosa y con unas  vistas tan impresionantes que me impiden ir rápido. Me paro cada dos por tres, es todo demasiado bonito para no disfrutar del paisaje.
En una de estas paradas me pasan unos alemanes con sus GS Touraterizadas hasta las trancas, pasan por mi lado sin apenas mirarme… pero estos de que van!… es igual, yo a lo mío. Sigo el camino y a lo lejos veo a los alemanes. Instintivamente avivo el ritmo, ya tengo la zanahoria que me faltaba para dar gas… jeje, se van a enterar estos, ya la hemos liado… por un momento me olvido de las montañas y disfruto de la conducción, los 22 kgs de equipaje se notan pero no excesivamente, primero desactivo el control de tracción, luego el botoncito mágico que deslimita la moto… GAS!!. En este tipo de pista la Super se siente como pez en el agua, las cruzadas se dosifican perfectamente, es cómoda, las suspensiones mejoradas se lo tragan todo… disfruto de verdad. Al cabo de poco ya estoy a la rueda del último y en poco rato (educadamente y saludando, eso si),ya los he pasado a todos, llevan demasiada maleta de aluminio super cargada. A la que me pongo delante aprieto de verdad y los dejo rápidamente atrás. Toma ya!!
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Tras unos cuantos kilómetros de diversión llego a lo alto de la pista, la vista es espectacular, me paro a hacer fotos, descansar y comer el panini. Al cabo de poco llegan los alemanes, esta vez si se paran, me saludan y se ponen a mirar mi moto… también están haciendo una semana de ruta por los Alpes, charlamos un rato, me hacen mil preguntas sobre la Super T, le hacen fotos y seguimos cada uno por nuestro camino. Al final eran majos y todo.

Cuando me quedo solo reflexiono… Si, picarme con ellos ha sido muy divertido, he demostrado que soy un machote y un crack yendo en moto, pero una caída tonta, a parte de hacer el ridículo más espantoso, me habría podido arruinar el viaje. Tengo que tener más cabeza y dejarme de tonterías, aceptables al lado de casa pero que en un viaje así pueden salir demasiado caras.

Llego a la carreterita que me llevará a Elva. Es preciosa, excavada en la roca de la montaña y llena de túneles. A un lado la roca y al otro un precipicio de vértigo hasta el río. De Elva voy a Sampeyre, de allí ya por una carretera más ancha hacia el Col d’Agnel y hasta Briançon en Francia. En todo el trayecto no hay ni un solo kilómetro que no haya valido la pena. Una maravilla.

Cruzo Briançon y me dirijo otra vez hacia Italia en dirección a Sestriere. Llego allí más tarde de lo previsto por culpa de mis continuas paradas a hacer fotos pero no pasa nada. Por primera vez en uno de mis viajes puedo improvisar ya que llevo la tienda de campaña, así que decido que iré al cercano Valle Argentiera donde Isaac me dijo que se podía acampar y era muy bonito. No llevo comida así que paro a tomar una pizza en Sestriere. Al dueño del restaurante le gustan las motos y charlamos un rato, me pregunta donde voy, le comento mi plan de ruta, que mañana quiero hacer la pista de la Assietta que sale de Sestriere en dirección a Susa y me dice que no lo podré hacer ya que los miércoles y sábado la circulación por esta pista está prohibida.

Joder! No lo pienso ni un segundo, me zampo la pizza en un minuto y salgo disparado hacia la moto. Cambio de planes, esta pista no me la pierdo por nada… aunque se haga de noche! La pista va carenando las montañas a más de 2500 metros, el sol empieza a ponerse dejando una luz rojiza preciosa, voy muy tarde, no se cuantos kilómetros de pista me quedan pero ni así puedo reprimir la tentación de parar, disfrutar del momento y sacar fotos.

Creo que es lo que más me ha gustado de ir solo, las decisiones las puedo tomar sobre la marcha, soy el único responsable y “sufridor” de ellas y pueden ser muy pensadas o simplemente impulsivas pero son las que me pide el cuerpo.

La luna sale tras unas montañas para acabar de redondear la escena. No se oye nada, es el atardecer perfecto. A la que se pone el sol recuerdo que estoy solo en medio de unas montañas que no conozco y sin saber muy bien que es lo que tengo por delante así que arranco sin perder más tiempo. Se hace completamente de noche pero la luna me hecha un cabo, casi está llena y su luz lo inunda todo… su luz y las de los faros de led auxiliares que son una maravilla y me permiten mantener en buen ritmo. Sigo adelante y llevo al Colle delle Finestre. De repente empieza de nuevo el asfalto, llego a la civilización, al cabo de poco empiezan los tornanti, son tan cerrados que la luz de la moto no es capaz de iluminar el ángulo que tienen. Si podéis ver un mapa fijaros en este col, sale de Meana de Susa, cerca de Susa (Italia), las curvas están tan juntas que solo se una mancha en el mapa, es alucinante.

Llego pasadas las 11 de la noche a Susa, estoy reventado, no me veo capaz de buscar un sitio donde montar la tienda, necesito ducha y cama así que me meto en el primer hotel que encuentro. Tras el ritual de enchufar trastos por toda la habitación me voy a dormir. Ha sido un gran día y como postre mi primera nocturna off road… pero mañana me espera un gran día con el Jafferau y el Sommelier por delante!!